Pasaron ya varios meses desde que se lanzó la convocatoria nacional para encontrar una familia que adopte a tres hermanos de Salta. Sin embargo, la respuesta aún no llegó. Los niños —de 11, 7 y 4 años— siguen esperando, divididos entre dos hogares de la ciudad, mientras el tiempo avanza sin que se concrete la posibilidad de crecer juntos en un entorno familiar.
El llamado fue difundido por el Registro Único de Aspirantes a Guarda con Fines Adoptivos de Salta a principios de este año, con el objetivo de encontrar una familia que les brinde amor, estabilidad y contención. La prioridad del Juzgado de Familia es clara: que los tres hermanos puedan permanecer unidos y fortalecer su vínculo fraternal en un entorno que les permita sanar y desarrollarse.
A pesar de la visibilidad que tuvo la convocatoria, la respuesta ha sido nula. La historia de vida de los tres niños, marcada por dificultades, también es un reflejo de los desafíos que enfrenta el sistema de adopción en casos de grupos de hermanos.
Espera que se prolonga
El mayor, un niño de 11 años, es apasionado por el fútbol y la natación. La niña de 7 años cursa primer grado y necesita apoyo escolar, mientras que la más pequeña, de 4 años, transita el jardín de infantes con gran curiosidad y alegría. Los tres comparten un deseo común: no separarse.
Sin embargo, la posibilidad de que encuentren juntos un hogar se complica con el paso del tiempo. La búsqueda de familias dispuestas a adoptar grupos de tres hermanos continúa siendo uno de los mayores desafíos en los procesos de adopción. Los especialistas coinciden en que preservar el vínculo fraternal es fundamental para su bienestar emocional.
Actualmente, los niños continúan con su rutina escolar y reciben apoyo psicológico, pero la incertidumbre sobre su futuro persiste.
Familias Solidarias
Mientras tanto, otras herramientas del sistema de protección buscan paliar, en parte, esta realidad. En Salta, el programa Familias Solidarias, impulsado por el Gobierno provincial, se consolida como un puente temporal para evitar que más niños crezcan en instituciones.
Se trata de hogares de tránsito que reciben a niños en situación de adoptabilidad por períodos breves, con el acompañamiento de un equipo interdisciplinario. Allí, niñas y niños pueden experimentar un entorno familiar mientras avanza su proceso judicial.
Cuando aparece la solidaridad
Historias como las de Adriana Neme y María Amalia Zenteno, dos mujeres que integran el programa, muestran el valor de este tipo de acogimiento. Sin embargo, también reflejan los límites: el objetivo de Familias Solidarias es transitorio. Los hermanos que hoy esperan en Salta necesitan un hogar definitivo que les permita construir un proyecto de vida propio.
Maria Amalia y Adriana del programa Familias Solidarias.
Según datos oficiales, hasta noviembre de 2024 había 344 niños y adolescentes alojados en dispositivos proteccionales en Salta. De ellos, 96 estaban en condiciones de adoptabilidad judicial y 46 en convocatoria pública nacional, como el caso de estos tres hermanos.
El desafío es enorme: la falta de familias adoptantes para grupos de hermanos mayores a cinco años o con necesidades especiales sigue siendo un tema pendiente. A esto se suma que el número de Familias Solidarias en la provincia aún es reducido, con solo seis niños beneficiados por esta modalidad.
Desde el Registro Único de Aspirantes a Guarda con Fines Adoptivos reiteran la convocatoria. Las personas o familias interesadas en adoptar a los tres hermanos pueden comunicarse al correo electrónico [email protected] o al teléfono 0387-4258026, de lunes a viernes de 8 a 13 horas.
Cada día que pasa sin respuestas refuerza la urgencia para estos tres niños del hogar que tanto esperan.