A mediados de los años noventa, Argentina recibió la tecnología que permitió un notable salto de productividad en el campo.
El paquete tecnológico que combinó siembra directa, glifosato y soja transgénica fue un trinomio revolucionario que triplicó la producción agroindustrial nacional.
Entre el inicio de la década de 1990 y el récord de 2019, la campaña agrícola australiana pasó de 40 millones de toneladas a 145 millones, y la soja específicamente saltó de 3 a 50 millones de toneladas.
A mediados de los años noventa, Argentina recibió la tecnología que permitió un notable salto de productividad en el campo
La producción de soja en Argentina se destina casi en su totalidad a la exportación.
La soja y sus derivados se convirtieron rápidamente en el principal producto de exportación, generando una importante entrada de dólares en las últimas tres décadas.
En 2024, la exportación de los principales cultivos (soja, maíz, trigo y girasol) generó USD 34.000 millones, de los cuales la soja explicó casi USD 20.000 millones.
En 2024, la exportación de los principales cultivos (soja, maíz, trigo y girasol) generó USD 34.000 millones, de los cuales la soja explicó casi USD 20.000 millonesEn 2024, la exportación de los principales cultivos (soja, maíz, trigo y girasol) generó USD 34.000 millones, de los cuales la soja explicó casi USD 20.000 millones
Sin embargo, en ese mismo período, la política estatal actuó como freno. En 2002 volvieron las retenciones a las exportaciones, luego se impusieron cupos a las ventas externas (sobre todo en carne, maíz y trigo), y desde 2011 el desdoblamiento cambiario afectó a todo el aparato exportador.
Durante el mismo lapso en que más de 2.000 millones de personas salieron de la pobreza extrema en todo el mundo, Argentina no incrementó sus exportaciones
Esta política económica estancó las exportaciones en las últimas dos décadas y le hizo perder a Argentina una oportunidad histórica, incluso en su producto estrella: la soja.
Durante el mismo lapso en que más de 2.000 millones de personas salieron de la pobreza extrema en todo el mundo (30% de la población global), Argentina no incrementó sus exportaciones. La producción de soja, en particular, dejó de crecer y hoy se mantiene en niveles de 2007, 18 años atrás.
La producción de soja, en particular, dejó de crecer y hoy se mantiene en niveles de 2007, 18 años atrás
Más allá del caso argentino, el efecto revolucionario del paquete tecnológico expandió la producción mundial de soja, que sigue creciendo año tras año. Para dimensionar el tren del que Argentina decidió bajarse voluntariamente, analizamos el mercado global.
La oleaginosa en el mundo
La soja se consolidó como uno de los cultivos más estratégicos a escala internacional. Es la principal fuente proteica vegetal y la más eficiente por hectárea.
La gran mayoría de la soja se procesa a través de trituración, cuyo resultado principal son el aceite y la harina, esta última destinada principalmente a alimentar ganado. El 80% de la producción global de soja se destina a la alimentación animal.
El 80% de la producción global de soja se destina a la alimentación animal
En los últimos años, tanto la demanda como el consumo global de soja se duplicaron, impulsados por el crecimiento de la población, el aumento del consumo de proteínas y el desarrollo de los países emergentes.
En los últimos años, tanto la demanda como el consumo global de soja se duplicaron
Desde 2007, el caso de China es paradigmático: triplicó su consumo y hoy absorbe un tercio de la oferta mundial.
Desde 2007, el caso de China es paradigmático: triplicó su consumo
Para abastecer ese crecimiento, el área sembrada mundial aumentó un 60%, de 93 a 146 millones de hectáreas, con Estados Unidos y Brasil como impulsores más destacados.
El área sembrada mundial aumentó un 60% de casi dos décadas
En contraste, Argentina, tercer país por superficie sembrada, no mostró ningún avance en esta variable.
Argentina permanece con producción estancada
Actualmente, Brasil, Estados Unidos y Argentina son los principales productores de soja. Sin embargo, solo los dos primeros incrementaron en forma sostenida tanto área como productividad y volumen.
Argentina, mientras tanto, permanece con producción estancada.
Brasil, Estados Unidos y Argentina son los principales productores de soja
Los precios internacionales de la soja han mostrado marcadas oscilaciones en las últimas dos décadas.
Tras el boom de los precios internacionales de las materias primas y la postpandemia, el valor en dólares reales cayó al nivel más bajo en 18 años.
Tras el boom de los precios internacionales de las materias primas y la postpandemia, el valor en dólares reales cayó al nivel más bajo en 18 años
El mercado internacional
El comercio de soja se organiza en torno a tres grandes rubros: poroto, aceite y harina. Brasil y EE.UU. lideran las exportaciones mundiales de porotos, con Brasil cuadruplicando envíos y superando la mitad del comercio mundial.
Argentina, a pesar de ser el tercer productor, exporta menos porotos que Paraguay y Canadá y es importador neto para procesar harina y aceite.
Argentina, a pesar de ser el tercer productor, exporta menos porotos que Paraguay y Canadá
China lidera la producción mundial de aceite de soja, seguido por EE.UU., Brasil y Argentina.
China lidera la producción mundial de aceite de soja
Casi toda la producción china y la mayor parte de la estadounidense y brasilera se consume puertas adentro. En cambio, casi toda la producción argentina se exporta, y así Argentina es el principal exportador mundial de aceite de soja.
India es el principal comprador externo de aceite de soja.
India es el principal comprador externo de aceite de soja
En molienda de soja, China es el principal productor mundial de harina, seguido por EE.UU., Brasil y Argentina.
China es el principal productor mundial de harina
Gran parte de la producción china, estadounidense y brasilera es para su propio consumo, pero una porción significativa de la argentina se vuelca al comercio exterior, posicionando al país como principal exportador mundial de harina de soja.
Una porción significativa de la producción argentina se vuelca al comercio exterior
La Unión Europea se destaca como el principal importador mundial de harina de soja.
La Unión Europea se destaca como el principal importador mundial de harina
Conclusiones y perspectivas
En las últimas décadas, la oferta y demanda globales de soja crecieron sostenidamente. Estados Unidos y Brasil, líderes del mercado, aumentaron tanto la superficie cultivada como la productividad, expandiendo la producción total.
En contraste, Argentina, tercer productor de soja a nivel mundial, quedó rezagada en área sembrada, inversiones y adopción tecnológica, produciendo lo mismo que en 2007.
Las causas del retraso argentino están relacionadas principalmente con la política: retenciones elevadas, controles de capitales y regulaciones que desincentivan la producción y la exportación
Las causas del retraso argentino están relacionadas principalmente con la política: retenciones elevadas, controles de capitales y regulaciones que desincentivan la producción y la exportación.
Desde el aumento de las retenciones al 35% en 2007, las inversiones se volcaron hacia otros cultivos, actividades y hasta otros países.
Desde el aumento de las retenciones al 35% en 2007, las inversiones se volcaron hacia otros cultivos
De cara al futuro, la demanda mundial de soja sigue firme, impulsada por el desarrollo económico y el mayor consumo de proteína animal. China seguirá como principal importador y el uso creciente del aceite en biocombustibles podría potenciar nuevos mercados.
En la política económica actual, algunas señales muestran una reversión, como la unificación cambiaria, el fin de cupos a las exportaciones y la reducción temporal de retenciones en algunos cultivos. Sin embargo, la mejora aún es limitada para el sector de la soja.
Revertir el atraso requiere continuar con reformas que eleven la competitividad y la estabilidad, impulsando la incorporación de tecnología y la expansión productiva
Revertir el atraso requiere continuar con reformas que eleven la competitividad y la estabilidad, impulsando la incorporación de tecnología y la expansión productiva. Solo así Argentina podrá retomar el liderazgo global en el mercado de la soja, volver a aprovechar su potencial exportador y disputar, una vez más, el lugar de granero del mundo.
La productividad global ha aumentado, pero las diferencias entre países se amplían: Brasil y Estados Unidos logran mejoras constantes; Argentina permanece estancada y China se mantiene aún por debajo del promedio mundial.
Los autores son Magister en Economía de la Universidad de Tilburg en Holanda y en Management de la universidad Luiss, Italia y director de la consultora Econométrica, respectivamente