La reciente campaña de donaciones impulsada por el Museo Histórico Nacional permitió incorporar más de doscientas piezas cuidadosamente seleccionadas, muchas de ellas con un fuerte valor simbólico y político, para conformar Tiempo de multitudes, la nueva exhibición permanente dedicada al siglo XX argentino, que se suma así al nuevo guion que comenzó con Pintores de la Historia, Tiempo de Revolución y Tiempo de Provincias.
El director del museo, Gabriel Di Meglio, explicó que la iniciativa buscó “objetos que hayan estado en episodios importantes o que tengan una simbología o que nos hablen”, y no simplemente antigüedades sin contexto. Así, la muestra logra cubrir un vacío histórico en la colección, que hasta hace poco se centraba casi exclusivamente en los siglos XIX y colonial, y ahora se extiende hasta mediados del siglo pasado.
Según relató Di Meglio, la decisión de abrir una sala dedicada al siglo XX responde tanto a la necesidad de actualizar el relato histórico del museo como a la ausencia de un espacio dedicado a la historia contemporánea argentina. “Cuando llegué en 2020, mi intención era también ver si podíamos trabajar el siglo XX de alguna manera, porque ya terminó hace mucho y porque también, dado que en un momento se pensó que podría haber algún museo de historia contemporánea argentina, pero nunca se hizo. Entonces dijimos bueno, el histórico que siga adelante, que la historia no termina en el siglo XVIII”, afirmó el director durante un recorrido con Infobae Cultura.
La decisión de abrir una sala dedicada al siglo XX responde tanto a la necesidad de actualizar el relato histórico del museo
Si bien el museo ya había abordado el siglo XX con las temporales Los 80, en torno al rock nacional, y Pasión de multitudes, sobre la historia del futbol argentino, Tiempo de multitudes recorre desde 1900 hasta 1955 y, se espera, que a futuro pueda expandirse hasta los años finales del milenio.
La puesta se estructura en cuatro ejes cronológicos. El primer eje, denominado “El ocaso de la República conservadora”, se inicia con un video de Bartolomé Mitre de 1901 en la entrada del propio museo, marcando el ingreso de la Argentina en el siglo de la imagen en movimiento.
A partir de allí, se recorre el crecimiento económico, tecnológico y demográfico de la época, pero también la profundización de la desigualdad y la conflictividad social, aspectos que se reflejan en objetos como la libreta de enrolamiento, la banda presidencial de Julio Argentino Roca y medallas de inauguraciones de obras públicas.
El primer eje, denominado “El ocaso de la República conservadora”
El museo ha puesto especial énfasis en mostrar la diversidad política y social del período, integrando donaciones de familias de figuras históricas de distintos signos. Entre los objetos destacados se encuentran una prenda de Eva Duarte, una lapicera y un plan económico de Federico Pinedo, y una capa de Cecilia Grierson, la primera médica argentina.
La curaduría optó por mantener una lógica cronológica, a diferencia de otras muestras temáticas, para facilitar la comprensión de un público amplio y heterogéneo. “Este museo tiene como característica que tenés públicos muy diversos, desde escuelas a visitantes del extranjero, que no tiene ni idea de historia argentina y tiene que entender”, señaló Di Meglio. Para ello, la exhibición ofrece distintos niveles de lectura, con carteles extensos para quienes buscan profundidad y otros más breves junto a los objetos.
El recorrido incluye piezas que ilustran la conflictividad social y política de la época, como medallas de mártires radicales, fichas de pago utilizadas en ingenios y empresas forestales, y objetos vinculados a los primeros congresos feministas de 1909 y 1910. “Estas medallas son de los primeros congresos feministas que se hicieron en Argentina de los dos grupos. Uno que se llamaba Universitario, que quería más cambios, divorcio, etcétera, y otro más conservador que era más de caridad”, explicó el director.
Memorabilia del Centenario de 1910
La muestra también aborda la diversidad regional y social del país, con fotografías y memorabilia del Centenario de 1910, y objetos que reflejan tanto el entusiasmo patriótico como la desigualdad y los problemas sociales de la época. “No todo es los edificios, la Avenida de Mayo, que es la gran imagen del Centenario. También es muy lindo que tenemos de festejos patrióticos en Cañada de Gómez, Santa Fe y ahí son una escuela de niñas”, relató Di Meglio.
El segundo eje de la exhibición se centra en la ampliación democrática tras la Ley Sáenz Peña, que estableció el voto secreto y obligatorio para varones. Entre las piezas donadas se encuentra una medalla de la primera campaña de Hipólito Yrigoyen y objetos de Marcelino Ugarte, gobernador conservador de Buenos Aires. El museo también exhibe pertenencias de líderes regionales como los Lencina de Mendoza y el bloquismo de San Juan, movimientos que introdujeron reformas sociales pioneras, como el salario mínimo y la jornada laboral de ocho horas, e incluso el voto femenino en San Juan en 1927.
La conflictividad laboral y la represión estatal de las décadas de 1910 y 1920 están representadas por carnets sindicales, fotografías de huelgas y objetos de la Liga Patriótica, grupo paramilitar surgido tras la Semana Trágica de 1919. “La represión que hace que el Gobierno Irigoyen tenga probablemente más muertos que ningún otro gobierno en la historia”, subrayó el director sobre la Patagonia en 1921. El museo también dedica un espacio a los territorios nacionales, recordando que en esas regiones la Ley Sáenz Peña no se aplicaba y sus habitantes no eran considerados ciudadanos plenos.
El tercer eje aborda la ruptura institucional iniciada con el golpe de 1930, que derrocó a Yrigoyen y marcó el comienzo de una serie de gobiernos de facto y fraudes electorales
El tercer eje aborda la ruptura institucional iniciada con el golpe de 1930, que derrocó a Yrigoyen y marcó el comienzo de una serie de gobiernos de facto y fraudes electorales. El uniforme de José Félix Uriburu y una radio de la época ilustran el papel de las nuevas tecnologías en la política. “La década del 30, 40 y 50 son los años de la radio donde todo el mundo se junta a escuchar y donde la política se escuchaba”, explicó Di Meglio. La muestra también destaca la consolidación del Ejército, la Iglesia y los sindicatos como actores corporativos en la sociedad argentina, “fenómeno que se acentuó desde la década de 1930″.
La exhibición incluye objetos de la “década infame”, como la banda presidencial de Roberto Marcelino Ortiz, la cruz de Malta de un oficial del ejército y memorabilia de la Concordancia, la alianza conservadora que gobernó con fraude sistemático. Se destaca la figura de Emma Acosta, la primera mujer legisladora en América Latina, elegida en San Juan en 1934, y se abordan las tensiones internas de los partidos políticos y la represión a los comunistas, con objetos donados por el Partido Comunista y la comunidad española vinculados a la Guerra Civil.
El golpe de 1943 y el ascenso de Juan Domingo Perón ocupan un lugar central en el cuarto eje. Entre las piezas más valiosas se encuentra el considerado primer bombo peronista, utilizado por trabajadores de los frigoríficos de Berisso en 1944 y el 17 de octubre de 1945. “Se está considerado el primer bombo peronista”, afirmó Di Meglio, quien relató la historia de la pieza y su importancia simbólica para el movimiento.
El golpe de 1943 y el ascenso de Juan Domingo Perón ocupan un lugar central en el cuarto eje
La era del primer peronismo se ilustra con objetos que reflejan su política social: publicidades sobre el aguinaldo, libretas de trabajo femenino, libretas sanitarias, una Constitución de 1949 de bolsillo y una postal de vacaciones pagas en Miramar en 1947. La muestra también aborda la provincialización de los territorios nacionales y las continuidades en la violencia estatal, como la masacre del pueblo pilagá en 1947.
La figura de Eva Perón está presente a través de donaciones de su familia, como prendas y una máquina de coser infantil de la Fundación Eva Perón. El museo exhibe una urna con la F de femenino y la libreta cívica de Thelma Jara de Cabezas, desaparecida durante la dictadura, junto a fotografías de las primeras legisladoras peronistas. “La familia nos donó las cosas de ella con los votos del 51 y los posteriores hechos”, contó el director.
La oposición al peronismo también tiene su espacio, con objetos de Ricardo Balbín, líder radical, y materiales de propaganda de la Unión Democrática, que acusaba a Perón de simpatizar con el nazismo. El recorrido concluye con el golpe de 1955, el bombardeo a Plaza de Mayo y la proscripción del peronismo, ilustrados por proyectiles donados por la familia del mayor Bernardo Alberte, quien lideró la resistencia el día de los bombardeos y fue uno de los primeros asesinados con el golpe de Estado del ‘73, como también con panfletos de la Revolución Libertadora.
Cristo de Juan Domingo Perón
Di Meglio explicó que el proceso de selección y aceptación de donaciones es riguroso y está regulado por un comité integrado por el Museo Histórico Nacional, el Museo de Bellas Artes y el INAP. “La gente manda una carta de donación y después hay un comité de ingreso estatal”, explicó Di Meglio.
El director subrayó la importancia de construir una colección representativa y diversa, que permita a futuras generaciones comprender la complejidad de la historia nacional. “Más allá de la gestión en sí, era importante que quede una colección en el museo, más allá de que lo que uno vaya a usar ahora, pensar qué es lo que tiene que quedar, qué es lo que vale la pena que esté acá para memoria de los argentinos”, concluyó.
*Tiempo de multitudes, en el Museo Histórico Nacional, Defensa 1600, CABA. Lunes y martes cerrado. De miércoles a domingos, de 11:00 a 19:00hs. Entrada gratuita.
Fotos: Gentileza MHN