Palma narró que su padre, ferviente seguidor de River, lo llevaba habitualmente al estadio para ver los partidos del equipo millonario. Sin embargo, en 1987, cuando Platense enfrentaba la posibilidad de descender, Palma, que entonces tenía nueve años, le pidió a su padre que le permitiera hacerse hincha del club calamar. “Mi viejo era de River, me llevó toda la vida a ver a River. Le dije a mi viejo quiero hacerme de Platense. ‘Vos estás en pedo’, me dijo. Yo quiero ser hincha de Platense. No me olvido más. ¿Puedo ir a la cancha? No te voy a llevar a la cancha, me decía”, recordó Palma. La negativa de su padre a llevarlo a la cancha de Platense lo llevó a recurrir a su abuelo materno, quien nunca antes había asistido a un partido de fútbol, pero accedió a acompañarlo al Estadio Tomás Adolfo Ducó de Parque Patricios para presenciar el decisivo encuentro entre Platense y Temperley.
A pesar de su nueva pasión por Platense, Palma continuó asistiendo a los partidos de River junto a sus amigos, aunque siempre se identificó como hincha del club calamar. El periodista rememoró la alegría que sentía cada vez que Platense lograba evitar el descenso, una situación recurrente en aquellos años. Durante su paso por la secundaria, la figura de Toto Calogero, su profesor de historia, reforzó su vínculo con el club. Calogero, reconocido por su fanatismo por Platense, se convirtió en una referencia para Palma y otros estudiantes que compartían la misma pasión.
Según relató el propio Palma, durante los años noventa, mientras muchos adolescentes buscaban fotos con figuras de Boca Juniors como Batistuta y Latorre, él prefería acercarse al hotel donde concentraba Platense, para compartir momentos con los jugadores del equipo dirigido por Marchetta y conformado por futbolistas como Serrano y Fantaguzzi. Palma relató que, en lugar de asistir a la matiné, optaba por tomar la merienda con los jugadores y luego llevaba autógrafos a su profesor Toto, fortaleciendo así el lazo entre ambos y su identificación con el club.
Entre lágrimas, afirmó que mientras se dirigia al estudio para compartir la jornada con los recientes campeones del torneo argentino, decidió llamar a Toto para invitarlo a este evento. Al hacerlo ingresar al set, Palma le dijo a su antiguo profesor: “Lo veo y la verdad que es la representación de todos los viejos de Platense. Muchos no los vieron a ustedes dar la vuelta olímpica. Toto, mirá la cámara como si fuera la clase. Acá te traje los muchachos”.
“Toda una vida esperando este momento. Pensé que no se iba a dar. En ese pitazo final, toqué la gloria relamente. Quiero compartir con Favio Orsi algo que nos ha sucedido: él perdió a su papá; yo he perdido a la compañera de toda mi vida. Y en ese momento desde el cielo me iluminó y me abrazó”, narró entre lágrimas Calogero.
Durante la transmisión, Palma también compartió cómo su relación con Platense trascendió lo personal y se extendió a su entorno familiar, ya que logró que sus hermanos también se hicieran hinchas del club. El periodista confesó que, aunque no suele asistir con frecuencia al estadio, la gente lo reconoce como un referente de Platense y le agradece su acompañamiento constante. “¿Es verdad que sos de Platense? Y algunos me decían vos nos acompaña desde siempre, sos la bandera”.
En su cuenta de Instagram, el cronista compartió este emotivo fragmento y agradeció la oportunidad de vivir esta escena: “5 Minutos, valen más que mil palabras. ¡Gracias Platense querido por haberse dado semejante alegría! Gracias a mis compañeros de #Trasnochados por acompañarme siempre en mis locuras… Y gracias a todos por sus lindos mensajes”.
Y agregó: “Para muchos la tele es carnívora, violenta, no entiende de sentimientos y lo único que importa es medir rating… A lo largo de toda mi carrera y como mi madre me enseñó, siempre intenté aportar valor y transmitir valores y lo que ocurrió ayer en el programa calamar de verdad me emocionó. Tener un plantel campeón del fútbol argentino, del cual soy hincha en nuestra casa, con la copa. Poder homenajear a un “maestro” de mi vida, con lo que valen humanamente los maestros, aunque no les paguen como tal. ¡Para mi fue todo! No me avergüenzo de haberme emocionado, todo lo contrario. Porque soy así, ¡y no lo pienso cambiar! ¡Viva Platense! ¡Viva el fútbol! Viva el debate sin agresiones. ¡Y viva la vida!“.