En la más reciente emisión de Los 8 Escalones (El Trece), una participante logró captar la atención de todos al convertir una simple presentación en un reclamo amoroso en vivo. En medio del clima distendido que caracteriza al programa, Florencia aprovechó la presencia de Guido Kaczka para poner en jaque a su pareja y exigirle, sin rodeos la esperada propuesta de casamiento. Lo que arrancó como un intercambio habitual entre conductor y concursante, rápidamente se transformó en un ida y vuelta cargado de humor, complicidad y un guiño romántico.
Todo comenzó cuando Guido realizaba la presentación de los participantes, rutina con la que abre cada programa. “Florencia, buenas tardes, ¿con quién viniste?”, consultó el conductor. La joven respondió de inmediato y con tono pícaro: “Con mi eterno novio, Damián”. El uso del adjetivo “eterno” no pasó inadvertido para Guido, quien, fiel a su estilo, devolvió la pregunta con sorpresa: “¿Cómo eterno, por qué eterno?”. De esa forma, habilitó un intercambio fresco que salió del guion habitual.
Sin rodeos, Florencia explicó el motivo de su elección de palabras: “Seis años y sin anillo, Guido, dale”, expresó, desatando las carcajadas en el piso y estableciendo el tono de humor de la escena. El animador, lejos de dejar pasar la oportunidad para intervenir, aportó: “Ah, que siga con anillo”, mientras la participante intensificaba el pedido con una mirada notable hacia Damián: “Y sí, ¿cuánto más?”. El juego entre los tres creció con la interacción directa del conductor con el novio, a quien le consultó entre risas sobre sus planes de compromiso.
La competidora descolocó con la exigencia a su novio
Kaczka, explotando el costado entretenido del episodio, fue directo: “Escuchame, ¿vas a meter anillo? No fui yo eh, es ella que preguntó”. Florencia no retrocedió en su objetivo televisivo y pidió al conductor que sumara presión: “Metele presión, ¿para qué lo traje?”. La postal en el estudio era de complicidad total: bromas, risas y la audiencia expectante. Guido continuó indagando a Damián: “¿Metes anillo? ¿Eh? Ok. Claro, porque a vos te gustaría, pero así con anillo, rodilla al piso”, consultó, metiendo en la escena a Norberto, empleado del Alvear, reconocido por organizar bodas: “Mirá Norberto, que trabaja en el Alvear, se manda unos casamientos…”, ejemplificó.
Lejos de mostrar vergüenza, Florencia se sumó al juego e incluso reveló que ya había pensando en todos los detalles logísticos: “Ya le pedí el descuento”, confesó, y generó una nueva ronda de risas con jurado y público. El presentador, sintiendo el clima romántico y festivo, remató: “Eso es lo que querés, declaración”. Pero ella fue más allá y se mostró contundente: “Todo”. Kaczka no dudó en imaginar el show ideal: “Sí, música de Dyango, todo, todo”. Florencia, segura de sí misma, respondió: “Todo, ya lo llevo también”, cerrando una secuencia que mezcló humor, romanticismo y espontaneidad, sello habitual del ciclo.
No es la primera vez que una situación inesperada deja descolocado a Kaczka en el programa. Días atrás, el conductor se enfrentó a otra escena insólita. En esa oportunidad fue Franco, un médico familiar de 36 años, quien sorprendió en la presentación al contar su ocupación: entrena modelos de inteligencia artificial.
En plena emisión, el participante sorprendió a Guido Kackza al darle detalles de su trabajo (Video: Los 8 Escalones – El Trece)
El diálogo no tardó en volverse viral por la sorpresa que generó en el propio Guido. Al enterarse, el conductor no ocultó su desconcierto: “¿Y entrenás a la inteligencia artificial? ¿La tuya? ¡No entiendo!”, exclamó, provocando carcajadas en todos los presentes. Franco, con paciencia, explicó el procedimiento: “Le das feedback. O sea, ves las respuestas que te dan los modelos y con el intercambio humano las corregís”. Kaczka, aún entre risueño e incrédulo, intentaba descifrar el proceso, mientras Franco agregaba que su trabajo es para una empresa estadounidense y colabora en el desarrollo de modelos ampliamente conocidos.
El conductor entonces aportó un toque de humor característico al remarcar las dificultades de las primeras etapas del entrenamiento: “Al principio está medio nabo”, dijo en tono cómplice, comentario que provocó otro estallido en el estudio. El médico confirmó la percepción y explicó: “¡Claro! Tratás de hacer que se equivoque, cosa de decirle a dónde está el error”. Guido llevó el remate a su terreno preferido: “Ah, ¿eso te conviene hacer? Porque yo a veces veo como que no… no sé si es la inteligencia artificial el problema o mi inteligencia natural, pero no funciona”. Con esta ironía, el segmento cerró con otra muestra de lo que define a Los 8 Escalones: un espacio donde lo inesperado y lo humorístico conviven naturalmente, sumando frescura y cercanía con el público cada noche.