Un hecho tan alarmante como insólito sacude a Córdoba: un niño de tan solo cinco años, que se encontraba bajo la protección de la Secretaría Nacional de la Niñez, Adolescencia y Familia (SENAF), desapareció y es intensamente buscado por la Justicia provincial.
El menor fue identificado como Eduardo Valentino Caleb Malagueño, y según informaron desde el Ministerio Público Fiscal, fue visto por última vez en las últimas horas en el barrio Comercial de la ciudad de Córdoba. El caso se encuentra bajo la órbita de la Fiscalía de Instrucción del Distrito 2, Turno 4, que activó el protocolo de búsqueda urgente.
La situación no tardó en encender las alarmas. Eduardo estaba bajo resguardo del SENAF, el organismo nacional que tiene como misión la promoción y defensa de los derechos de niñas, niños y adolescentes en situación de vulnerabilidad. El hecho de que haya desaparecido mientras estaba bajo el cuidado del Estado generó una fuerte polémica y una oleada de críticas por parte de organizaciones de protección de la infancia.
Según las primeras informaciones judiciales, el menor podría estar actualmente con su madre biológica, identificada como Yesica Gabriela Malagueño. Sin embargo, no se brindaron detalles sobre el motivo por el cual el niño estaba institucionalizado ni si la mujer tenía algún tipo de restricción o medida judicial en su contra.
Lo concreto es que las autoridades solicitan la colaboración de toda la comunidad para dar con el paradero del menor. Cualquier persona que cuente con información puede comunicarse al 911, con la Unidad Judicial N.º 3, ubicada en Carmelo Ibarra 1250, barrio Villa El Libertador (teléfono: 4333400), por correo electrónico a [email protected], o con la Fiscalía del Distrito 2, Turno 5, en Tribunales 2.
Mientras la búsqueda continúa, el caso pone en el centro del debate el funcionamiento del sistema de protección infantil en la Argentina. ¿Cómo es posible que un niño desaparezca mientras se supone que está a resguardo del Estado? ¿Hubo negligencia o falta de controles? Las respuestas aún no llegan, pero el tiempo apremia y la prioridad ahora es una sola: encontrar a Eduardo sano y salvo.