Favio Orsi y Sergio Gómez no son solo una dupla. Son hermanos de la vida. Lo dicen ellos, pero lo transmite cada mirada, cada frase, cada gesto compartido. Se conocen tanto que ya no hace falta dividir roles, aunque lo hagan. Se entienden sin hablar. “El respeto y el sentimiento es muy grande. Somos distintos, nos complementamos”, dice Favio. Y Sergio completa: “Lo más importante es que dejamos el ego de lado. Nunca superó la humildad que tenemos”.
Se conocieron abajo, bien abajo. En el Ascenso más duro, en el barro literal. Fénix fue el primer paso, allá por 2011, cuando Oscar Santángelo los llamó para ser parte de su cuerpo técnico. Gómez recién colgaba los botines. Orsi ya lo había hecho, forzado por una lesión. Uno venía de la cancha. El otro, de entrenar pibes en la Liga de Escobar.
Y desde ahí, no se soltaron más. Español, Flandria, Almagro, San Martín de Tucumán, Ferro… Hasta que llegaron a Primera. Y en Primera también resistieron. Godoy Cruz, Atlético Tucumán, Platense. Siempre juntos.
Foto:@LigaAFA –
-Desde aquel arranque en 2011 hasta hoy, ¿alguna vez imaginaron que iban a estar dirigiendo una final en Primera?
-Orsi: Sí, han pasado muchos años, muchos partidos, muchas circunstancias muy lindas y otras feas. Estamos orgullosos del camino recorrido y de la forma en que lo recorrimos: con muchos aciertos, muchos errores y tratando de que cada error sea un aprendizaje. Entendiendo que nuestro camino está marcado por la esencia de no perder la curiosidad por seguir aprendiendo, por el respeto mutuo y el fuerte sentimiento que hay entre nosotros.
-¿Valió la pena pasar por todo eso?
-Gómez: Todo el camino, todo este tránsito que hemos recorrido valió y vale la pena. Cada club fue un aprendizaje, cada plantel, cada jugador, cada dirigente nos ha traído hasta acá. Estamos muy agradecidos por el camino que recorrimos para poder llegar a jugar una final en el fútbol argentino.
-Ser dupla debe ser difícil… ¿Se conocen de memoria?
-O: Sí, hace mucho que trabajamos juntos. Nos conocemos de memoria. Nos complementamos y eso hace que podamos desarrollarnos bajo este formato.
Sergio Gómez y Favio Orsi en Fénix
Del cuarteto al rock: así suena una dupla que se elige
¿Son 14 años juntos? ¡Ni los Beatles duraron tanto! Bueno, Orsi y Gómez sí. Y no solo lo cuentan, lo disfrutan. Se entienden sin hablar, se complementan como si fueran un matrimonio futbolero, y hasta lograron sobrevivir a los viajes en auto con La Mona Jiménez a todo volumen. Acá la dupla se suelta, se ríe y deja ver el backstage de una relación que va más allá de los entrenamientos. Porque sí, hay trabajo en equipo, roles definidos, pero sobre todo hay una complicidad que ni el algoritmo de Spotify puede explicar. Spoiler: el ego no juega. Juega la hermandad. Y algún temazo de fondo.
-Si tuvieran que ponerle un título a esta relación…
-G: Hermandad. Yo tengo hermanos que son mi vida, pero a veces uno encuentra un hermano de la vida, uno que elige. Y eso no tiene precio. Eso es Favio para mí.
-¿Cuándo se van de vacaciones hablan? ¿O prefieren mantener distancia?
-O: En 14 años pasamos por muchas circunstancias. Hasta nos hemos ido de vacaciones juntos. Intentamos mantener nuestros espacios, pero estamos en contacto todo el tiempo. Nos acompañamos no solo en lo laboral, sino también en lo personal.
-En el auto, ¿quién pone la música?
-O: Cada uno viaja en su auto. Pasamos la etapa donde viajábamos juntos, y el que manejaba ponía la música, je.
-G: Yo soy muy del cuarteto, de La Mona Jiménez. Favio es muy del rock and roll fuerte. Él aceptaba lo que yo escuchaba, y yo aprendía del rock que él escuchaba. Hoy no tenemos problemas con eso.
-En ese complemento que marcan, ¿hay división de roles?
-G: Sí, todo lo que te imagines relacionado con un equipo de fútbol. Nos complementamos en el manejo del grupo, los trabajos, las charlas. Contesta uno, contesta el otro, parece actuado pero no lo es. Estamos acostumbrados, lo mismo con los planteles: quién habla más con un jugador, quién menos, quién inicia la charla y quién la termina. Lo más importante en nuestra relación es que dejamos el ego de lado. No importa cuántas notas le hagan a Favio o a mí, si es por separado o juntos. Pero el ego nunca superó la humildad que tenemos para aceptar lo que el otro piensa o dice.
La dupla Orsi-Gómez. (Prensa Platense)
“Como nunca nos creemos más de lo que somos, vivimos todo con tranquilidad”
Porque de la mano de Orsi y Gómez, Platense quiere dar la vuelta. Dejaron en el camino a tres gigantes: Racing, River y San Lorenzo. Pero en la previa a la gran final, la dupla mantiene los pies sobre la tierra: se apoyan en la emoción, la fe, la familia y un agradecimiento por el camino recorrido.
-Eliminaron a tres grandes, ¿son conscientes de lo que lograron?
-G: No lo creo. Cada vez que pasás de fase, el rival es más difícil. Pasás uno, otro, y después San Lorenzo, y luego otro rival aún más difícil, porque es una final. No te vas dando cuenta. Tal vez con los años uno tome dimensión de lo que se logró. Nosotros vivimos el fútbol día a día, partido a partido. Como nunca nos creemos más de lo que somos, vivimos todo con tranquilidad.
-¿Cómo están viviendo los días previos?
-O: Estamos en la previa de una final, y lo vivimos como tal. Es el partido final. Ya no es como los anteriores, que podían ser los últimos o no. Ahora sabemos que el domingo, para un lado o para el otro, se termina.
-En la semifinal se vieron imágenes muy emotivas. ¿Qué hay detrás de eso?
-G: Hay un agradecimiento constante a Dios cuando las cosas están bien. Siempre buscamos a Dios cuando algo va mal, pero yo soy muy agradecido a Dios por todo lo que me dio: la familia, mi madre, la vida que tengo. Siempre sentí su mano. Agradezco cuando entro o salgo de la cancha, cuando pasan cosas importantes. Siempre.
-Nos enteramos de que hay un cura en el club… ¿Hablan con él?
-G: Sí, viene siempre, hablamos y nos da consejos de fútbol, de táctica. Es lindo sentir la buena energía, en este caso de un cura, pero puede venir de cualquiera. Siempre le decía a mi mamá que hay que tomar las cosas según de quién vienen. Si del otro lado viene buena energía, o si nuestra intención es brindar tranquilidad o apoyo, ya es suficiente.
-¿Cómo fue la noche después de la semi?
-O: En mi caso tuvimos una cena familiar en mi casa, y necesitaba eso. Algo íntimo, con los míos, con los que están en las buenas y sobre todo en las malas.
-G: No llegué a casa porque estaban todos en la cancha. No veía la hora de ver a mis hijos, a mi mujer, a mi bebé recién nacida, a mis hermanos. Fuimos a cenar, se hizo larga la noche. Fue uno de esos momentos que no querés que termine, que querés encapsular y guardar en el corazón. En algún momento nos venció el sueño y nos dormimos.
Sergio Gómez y Favio Orsi Foto Maxi Failla
“Somos un equipo que agradece la oportunidad de estar en una final”
Nada está librado al azar. El orden que muestra Platense en la cancha nace del trabajo silencioso y obsesivo de una dupla que cuida cada detalle. Ahora, frente a Huracán, llega el último paso. El que puede convertir el sueño en grito de campeón.
-¿Cómo ven al equipo de Kudelka?
-O: Es un equipo muy bueno, muy difícil, que viene en un momento muy alto.
-En los partidos se ve un Platense muy ordenado y con todo planificado, ¿cómo trabajan en eso?
-G: Nosotros hace 14 años que tratamos de estar en los detalles. Ahora es un poco más fácil que al principio. Hoy hay mucho material, imágenes, gente colaborando. Antes lo hacíamos solos, con recortes de diario. Hoy el trabajo es más fácil, pero siempre tratamos de que nada quede librado al azar.
-¿El gol fue planificado?
-G: Sí, el gol fue planificado. El centro tenía que caer ahí, Leo Picco debía arrastrar a Vombergar, la pelota debía ir a ese lugar. Pero si Leo Picco no va, si el jugador no ejecuta ni confía en lo que decimos, es difícil. El rebote quedó y Zapiola estaba ahí. Tratamos de brindarle al jugador las herramientas que creemos necesarias, pero él es quien ejecuta y quien tiene que tener apertura para confiar en nosotros.
-¿Huracán es el favorito?
-G: El favorito seguramente es Huracán. Somos un equipo que agradece la oportunidad de estar en una final. Vivimos esta posibilidad con gratitud.
Favio Orsi emocionado luego del pase a la final. Foto Maxi Failla
“Estar viviendo este proceso con Platense es muy especial”
Platense no es un club más para ellos. Es volver a casa. Es ese lugar que los vio crecer, soñar, equivocarse y levantarse. Sergio Gómez -de 43 años- llegó cuando era un nene de 12 años y ahí cumplió el sueño de debutar en Primera en 2001. “Yo estuve hasta el 2003”, recuerda. “Cuando volvimos, encontramos un club totalmente cambiado. Es un giro de 180 grados. Verlo crecer, verlo lleno cada vez que uno pasa por General Paz es un orgullo”. Porque Gómez venía de un barrio donde costaba todo, de una infancia en la que no sobraba nada. Y ahí, justo ahí, apareció Platense como un refugio, como esa primera puerta que se abre cuando el mundo parece cerrado. Después de irse, la vida lo llevó a recorrer el Ascenso con la mochila al hombro: Villa Dálmine, San Miguel, Acassuso, Fénix, Alem, Dock Sud…
Orsi, por su parte, de 51 años, también se formó en el Calamar. Hizo Inferiores, vivió los vestuarios, respiró ese aire de club que se te pega en la piel. “Nos criamos futbolísticamente en el club. Estar viviendo este proceso con Platense es muy especial para nosotros”, dice. Porque esto no es sólo dirigir. Esto es volver al lugar donde todo empezó.
-En 120 años Platense nunca fue campeón, ¿creen que ya es hora?
-O: Dios quiera que así sea. Vamos a hacer todo de nuestra parte para poder lograrlo.
-¿Qué tiene este Platense a diferencia de otros?
-G: Lo que tenemos como grupo es unión y agradecimiento a la oportunidad. No me canso de repetirlo: hay que ser agradecido al club que te da la posibilidad de ser profesional y vivir de lo que te gusta.
-¿Por qué tienen que salir campeón?
-G: No lo sé. Sería aburrido saber el final de esta historia. Lo que sí sé es lo que el equipo va a dar para cumplir el sueño de mucha gente. El resultado no lo sé, pero sé lo que deseo y lo que queremos. Busco tranquilidad en eso: que sea lo que Dios mande. Si tiene que ser, será. Si no, seguiremos insistiendo como en toda nuestra carrera.
Así lo vive Gómez, y Orsi se suma con un gesto, sin hablar pero dando el sí. Como en este “matrimonio” futbolístico que busca colgarse una estrella más que merecida en un club que nunca levantó una copa. Y la frase de la dupla, a horas de enfrentar nada menos que a Huracán en Santiago, no suena a cierre, sino a punto de partida…
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