El padre Chifri hubiera cumplido 60 años: su legado sigue vivo las comunidades de montaña

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El 28 de mayo de 1965 nacía en Buenos Aires Sigfrido Moroder, el hombre que años más tarde sería conocido como el padre Chifri, un sacerdote ejemplar que cambió para siempre la vida de cientos de familias en los parajes más alejados de la Quebrada del Toro, en Salta. Mañana, hubiese cumplido 60 años.

Su infancia transcurrió entre los barrios de Caballito y Belgrano, donde desde joven se destacó por su espíritu deportivo. Jugador de rugby en el Club Ciudad de Buenos Aires, esa experiencia forjaría en él valores que lo acompañarían siempre: disciplina, sacrificio y trabajo en equipo.

Fue durante su último año en el Colegio Guadalupe de los Misioneros del Verbo Divino cuando descubrió su vocación religiosa. Ingresó al seminario en 1984 y fue ordenado sacerdote en 1991. Ocho años más tarde llegó a Salta para asumir la conducción de la parroquia Santa Rita, en Rosario de Lerma, desde donde emprendió una misión pastoral que lo llevó a recorrer quebradas y valles con la Biblia en una mano y el Rosario en la otra.

El padre Chifri no conocía límites. Burro, caballo, bicicleta o a pie, usaba lo que tuviera a su alcance para llevar su mensaje de fe a los rincones más escondidos. Muchas veces pasaba la noche bajo el cielo estrellado del cerro, solo con su carpa y su bolsa de dormir, sostenido por la fuerza de la oración.

En 2004 sufrió un accidente que lo dejó en silla de ruedas. Pese a ello, redobló su compromiso con las comunidades de altura. Con la ayuda de vecinos y amigos, regresó a los cerros montado en un cuatriciclo que él mismo bautizó como “El Burro Rojo”.

En 2010 se inauguró el Colegio Albergue de Montaña N° 8214 “El Alfarcito”, para que los chicos de la zona pudieran estudiar sin alejarse de sus hogares. Cuatro años más tarde, egresó la primera promoción de alumnos, muchos de los cuales hoy continúan su formación en tecnicaturas universitarias.

El 23 de noviembre de 2011, a los 46 años, emprendió su viaje final. Sin embargo, su obra permanece viva en cada aula, en cada sendero, en cada oración compartida por quienes aún lo recuerdan con amor y gratitud.

A 60 años de su nacimiento, el padre Chifri sigue siendo un faro para muchos. Su ejemplo de fe, solidaridad y amor al prójimo ilumina el camino de quienes creen que un mundo más justo y fraterno sí es posible. Entre sus legados se halla la Fundación Alfarcito, que un emotivo homenaje recordó el natalicio del joven que cambió para siempre los destinos de la Quebrada.

Fuente: https://www.eltribuno.com/salta/seccion/policiales

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