Y sí, finalmente Yanina mordió el agrio polvo de la derrota, ese que no había saboreado nunca en tantos y tantos años de ser la panelista más picante, aguerrida y ganadora de la televisión argentina. La campeona de la discusión chimntera ha quedado, pues, desnuda, desprotegida e indefensa, lanzando golpes a la nada por primera vez en toda su carrera, que ha sido mega exitosa tanto en primicias como en batallas donde terminó con los puños en alto.
Pero esta vez no sucedió. No pasó. Fue todo lo contrario. Yanina Latorre se encontró con una rival que no parecía tan de fuste mediático pero que tuvo una cualidad insoslayable: la llevó a su terreno, la sacó de la televisión y la puso a combatir en el ámbito donde mejor se mueve y que la conductora de SQP desconoce: la justicia. Es decir, la descolocó, la desorientó.
Ana Rosenfeld supo ser una buena amiga y una muy buena compañera de Yanina. La invitaba a su cumpleaños, iba al de ella, compartían comidas, charlas, confesiones intimistas, le sacaban el cuero a medio mundo. Tanto que Latorre promovió y protegió el desembarco de la abogada, conocida con el suedónimo del “terror de los maridos”, como “Angelita de LAM”. Fue el principio del fin.
YANINA LATORRE ACEPTO LA PRIMERA DERROTA PUBLICA DE SU VIDA
Un día, la taba se dio vuelta. Yanina ya no fue esa muchacha complaciente que apoyaba todo lo que decía Rosenfeld, sino todo lo contrario. Empezó a picantearla y después a decirle de todo, hasta que Rosenfeld huyó despavorida de ese lugar y se refugió en su terruño: presentó una demanda contra Yanina, que ayer habló en la radio y reconoció que, por primera vez, perdió. Perdió como en la guerra. “¿Cuántos habrán celebrado, cuántos que fueron sus víctimas o que fueron vencidos por ella habrán celebrado ese acontecimiento como propio? ¿Un montón, verdad?”, comenzó.
“Yo soy una mina que defiendo el derecho a la información. Cuando informé y me dieron un juicio que no era, y me comí pescado podrido, lo que amerita es decir “hasta acá, me equivoqué”. Y Castillo, quedó demostrado por cómo se maneja, y por cómo es, y por lo que le hizo a la mujer, aprovechó esa cosa mediática queél no se por qué quiere ser famoso, me empezó a decir barbaridades de Ana que yo compré y eran verdades”, explicó.
“Y la verdad no corresponde. Firmamos un acuerdo. La verdad, me equivoqué. Si estoy mal estoy mal. Un día a Elbita le dije “¿Vamos a seguir matándonos, que el orgullo de ella, el tuyo, el mío?” Firmamos un acuerdo, me retracté. La verdad, cuando uno se equivoca”, firmó.
“Es lo que digo: yo generalmente trato de tener pruebas, y a mi Castillo me dio un papel que yo leí acá, pero claro todavía no era juicio ni la demanda estaba presentada. Era un proyecto de demanda que después la pedió, y yo la culpé de un montón de cosas que en la justicia no estaban demostradas”, cerró.
Fuente: https://www.paparazzi.com.ar/