El ciudadano argentino promedio se enfrenta a un desafío constante: comprender la economía republicana y financiera en un contexto político cambiante y, en muchas ocasiones, contradictorio.
La falta de formación económica en el sistema educativo y la manipulación de los discursos políticos dificultan la interpretación de las medidas gubernamentales, lo que genera una brecha entre la percepción ciudadana y la realidad económica. En la actualidad, el presidente plantea un panorama de crecimiento económico mientras los indicadores muestran lo contrario, repitiendo esquemas históricos de desinformación y crisis.
La historia argentina ha estado marcada por casos similares, como la controversia entre Juan Bautista Alberdi y José Hernández, que evidenció la tensión entre modelos económicos y dio origen a una de las obras más simbólicas de protesta social: Martín Fierro.
La formación económica
Desde una perspectiva sociológica, la falta de educación financiera en las instituciones educativas argentinas ha generado una brecha de comprensión en la ciudadanía. A diferencia de otros países donde la economía básica forma parte del aprendizaje obligatorio, en Argentina la mayoría de los ciudadanos no reciben herramientas para analizar las decisiones económicas y su impacto en la vida cotidiana. Esto ha permitido que los discursos políticos, muchas veces contradictorios, sean aceptados sin un cuestionamiento profundo.
Immanuel Kant planteaba que el conocimiento se construye a partir de la experiencia y el razonamiento. Por eso, cuando una sociedad carece de formación económica, se ve obligada a interpretar la realidad con herramientas insuficientes.
Así, las declaraciones presidenciales sobre un supuesto crecimiento económico pueden ser tomadas como verdaderas por aquellos que no poseen un conocimiento sólido sobre indicadores financieros, inflación o desarrollo productivo.
Se utiliza como herramienta de sesgo de aceptación positiva, bajar aranceles e impuestos en servicios y productos que conformen a la franja que simpatiza con el gobierno, y que son inservibles para la franja que no las usa o no las entiende.
También mediante la instigación a la competencia de ideas polarizadas, como si fueran dos equipos de fútbol antagónicos de pasión barrial, se propone una posición de odio hacia el otro rayando el fanatismo, situación que sirve para no hablar o comprometer temas mucho más importantes, como la falta de crecimiento industrial, la explotación local de recursos que elevarían el bienestar particular ciudadano, el cobro duplicado de impuestos, o la tentativa de privatizar alegando la corrupción histórica, pero seguir cobrando impuestos para uso público transformándolo en uso discrecional indebido. Detalles que sin un conocimiento preciso pasan inadvertidos y fáciles de ocultar.
La repetición histórica: Alberdi, Hernández y la lucha por la comprensión social A lo largo de la historia argentina, se han presentado episodios similares de confusión económica y manipulación política. Durante el siglo XIX, la controversia entre Juan Bautista Alberdi y José Hernández expuso dos modelos económicos enfrentados: uno basado en la apertura a capitales extranjeros y otro enfocado en la protección del ciudadano argentino nativo. Esta disputa reflejó la lucha entre el progreso impulsado por el poder y la resistencia del pueblo a las medidas que lo perjudicaban.
De este enfrentamiento surgió Martín Fierro, la obra literaria que simboliza la voz del ciudadano común ante la opresión del gobierno. En ella, José Hernández retrata el maltrato de los gauchos y la injusticia social que enfrentaban, un tema que sigue vigente en la actualidad cuando los sectores más vulnerables deben enfrentar crisis económicas sin entender plenamente sus causas. Este ciclo de desinformación y desigualdad económica se ha repetido en diferentes momentos históricos, demostrando que la falta de acceso al conocimiento sigue siendo un obstáculo para el desarrollo de una sociedad crítica y participativa. Es significativo que el regalo al papa León XIV haya sido un Martin Fierro, como una señal internacional a todos los poderes, que volveremos a una Argentina sumisa del siglo XIX.
Para romper el ciclo de confusión y manipulación económica es fundamental fortalecer la educación financiera desde una edad temprana. La sociedad argentina necesita herramientas para analizar el impacto de las decisiones gubernamentales y cuestionar los discursos políticos sin depender únicamente de la interpretación mediática. Además, fomentar un pensamiento crítico permitirá que los ciudadanos identifiquen patrones históricos y eviten caer en los mismos errores del pasado.
La historia argentina ha demostrado que la falta de acceso al conocimiento económico y político favorece la repetición de crisis y la imposición de narrativas engañosas. El desafío actual radica en superar estos obstáculos mediante la educación y el análisis informado, garantizando que el ciudadano argentino pueda comprender su realidad sin quedar atrapado en el laberinto de la desinformación.