El clima en la Cámara de Diputados de Salta se caldeó este martes tras un fuerte cruce entre la legisladora oficialista Socorro Villamayor y su par opositora Griselda Galleguillos, con el polémico proyecto de reforma del Instituto Provincial de Salud de Salta (IPS) como principal disparador. A ello se sumaron otros temas candentes que, según Galleguillos, demuestran una alarmante falta de control del Gobierno sobre áreas críticas de la gestión provincial.
Villamayor tomó la palabra para referirse al fallido proyecto del Ejecutivo que planteaba modificaciones en el funcionamiento del IPS, y aseguró que la iniciativa no respondía al verdadero espíritu ni al compromiso del gobernador Gustavo Sáenz con los adultos mayores. “Desde el primer momento en que tomé conocimiento del expediente, sentí que ese proyecto no reflejaba la visión del Gobernador. Lo conozco y sé que jamás atentaría contra una política pública tan sensible”, afirmó con tono firme.
Además, apuntó contra la confusión en el tratamiento legislativo del proyecto, criticando a quienes desconocían el canal de ingreso del mismo. “El proyecto no fue presentado en el Senado, como algunos erróneamente afirmaron, sino que ingresó por esta Cámara. Es grave que no sepamos cómo y por dónde ingresan los expedientes”, remarcó Villamayor, visiblemente molesta.
En otro tramo de su intervención, la diputada oficialista defendió la intervención del IPS decidida por el Ejecutivo y pidió que se esclarezcan las causas reales del déficit financiero del organismo: “Se dicen muchas cosas, pero aún no conocemos las verdaderas razones. Eso alimenta la especulación. Necesitamos respuestas del interventor y del ministro de Salud. La transparencia no puede seguir esperando”, exigió.
Villamayor también hizo una analogía que generó reacciones encontradas: “Cuando un niño mete los dedos en el enchufe, los padres, con dolor, le pegan un chirlo. Espero que el Gobernador haya dado ese chirlo metafórico a quien cometió este grave error”. Con esa frase, pidió una interna revisión de responsabilidades dentro del Gobierno.
La réplica no tardó en llegar de la mano de Griselda Galleguillos, diputada opositora que no ahorró críticas tanto para el oficialismo como para sus pares legislativos. “Me llamó la atención que nadie haya dicho nada sobre tres hechos gravísimos que impactaron a nivel provincial: el proyecto del IPS, el escándalo en el vóley salteño y el derrame de petróleo en Pichanal”, comenzó.
Con tono enérgico y crítico, Galleguillos denunció la falta de compromiso institucional: “Desde que soy diputada, hace más de un año, no vi a un solo ministro sentado aquí a rendir cuentas. Hablamos mucho de política, de elecciones, de chicanas, pero nadie se hace cargo de la ineficiencia en áreas clave del Estado”, denunció.
Sobre el caso del IPS, fue categórica: “No fue un errorcito, fue una falla grave de gestión. Alguien tiene que pagar las consecuencias. Si una persona no sirve para el cargo, hay que removerla”. También lamentó el silencio de varios legisladores, especialmente aquellos que representan a zonas afectadas por problemáticas concretas, como el derrame petrolero en el norte salteño: “Murieron animales, se contaminó el ambiente, los vecinos tienen miedo y nadie dijo una sola palabra. ¿Dónde está el Ministerio de Medio Ambiente?”, cuestionó.
Galleguillos cerró su intervención con una autodefinición que también sonó como una crítica indirecta al resto de la Legislatura: “Yo no tengo el sello de la Libertad Avanza Salteña, pero promuevo las ideas liberales sin pedir nada a cambio. Porque creo que el control y la transparencia son el corazón de una buena gestión”.
El cruce entre ambas diputadas no solo evidenció las diferencias entre oficialismo y oposición, sino también la tensión interna respecto al rol fiscalizador de los legisladores. Mientras Villamayor se posicionó en defensa del gobernador Sáenz y de la necesidad de actuar con responsabilidad ante los rumores, Galleguillos reclamó mayor firmeza, control institucional y transparencia por parte del Ejecutivo y de sus ministros.
En este contexto, la intervención del IPS, lejos de disipar dudas, parece haber encendido una mecha que aún tiene largo recorrido. La falta de información oficial y el hermetismo sobre el estado financiero real del organismo provincial siguen generando malestar, tanto dentro como fuera de la Legislatura.