El frío comenzó a sentirse con fuerza en Salta (hoy la mínima fue de 5 grados) , y con él, la necesidad urgente de un techo para quienes viven en situación de calle. El Hogar de Noche, dependiente de la Dirección de Asistencia Crítica del Gobierno de la Provincia, se convirtió en un lugar clave para brindar contención, alimento y abrigo a quienes más lo necesitan.
Ubicado en calle 20 de Febrero 231, el dispositivo cuenta con una capacidad para 65 personas, aunque anoche estuvo ocupado en un 90% y se espera que en las próximas jornadas alcance su capacidad total. “Estamos recibiendo muchas personas, en especial jóvenes, tanto salteños como de otros países como Colombia, Venezuela y República Dominicana”, explicó Luz Arévalo, titular del área.
El fenómeno llama la atención: la mayoría de los asistentes son varones y hay siete mujeres entre los usuarios. Si bien hay adultos, se nota una fuerte presencia jovenes. Muchos de estos llegan con problemas de consumo, situaciones de violencia intrafamiliar o expulsión de sus hogares. “Algunos se van porque no se sienten comprendidos, otros son directamente excluidos. Nuestro trabajo no es solo dar un plato de comida y una cama, sino también intervenir desde lo humano y lo social”, detalló Arévalo.
Un caso reciente muestra esa tarea silenciosa que se realiza cada noche. Un joven de 20 años, que había sido acogido por el Hogar, logró reencontrarse con su padre tras la intervención del equipo del lugar. “Nos comunicamos con la familia, hablamos con ambos y se logró la revinculación, que es uno de nuestros objetivos cuando hay condiciones para que eso suceda”, destacó Arévalo.
”Años anteriores teníamos la capacidad de recibir a 30 personas, ahora tenemos una plaza para 65. Albergamos a una población con historias de vida muy compleja y con múltiples problemáticas, pero hay un equipo muy empático de Desarrollo Social de la Municipalidad y Provincia para atenderlos” explicó.
El menú de cada noche también es parte fundamental de la atención. Anoche, por ejemplo, los asistentes fueron recibidos con pollo a la valenciana, una comida caliente que además de alimentar, reconforta en las frías noches salteñas.
El Hogar abre sus puertas al atardecer y ofrece no solo techo y comida, sino también acompañamiento psicosocial. El aumento de personas en situación de calle, sobre todo jóvenes con historias atravesadas por el desarraigo, la pobreza o la migración, plantea desafíos urgentes para las políticas públicas de inclusión y contención en la ciudad.
“El frío es un factor que agrava las condiciones, pero detrás de cada chico hay una historia que merece ser escuchada. Nosotros tratamos de hacerlo con respeto y humanidad”, concluyó Luz Arévalo.