Pero tiempo, claro, es lo que no le sobra a Boca: a 20 días de su debut en el Mundial de Clubes, el entrenador todavía no puso un pie en el vestuario, hay que definir la depuración del plantel, contratar refuerzos y echar andar a un equipo que viene de crisis en crisis. A más de dos años de su último título, está en medio de una crisis que no encuentra el piso.
Russo asumió sin asumir: dirigió a control a remoto
Un poco ahí está la génesis de la elección de Russo, quien fuera el primer entrendor de la era Riquelme y que salió eyectado, y no con buenos tratos, de su cargo. A casi cuatro años de esos días tumultuosos, Juan Román debió volver a convocar a este veterano entrenador (69 años cumplidos, el más longevo de los técnicos de Primera División) y, en parte, asumir la culpa de un despido fallido: ninguno de los que lo sucedieron (Battaglia, Ibarra, Almirón, Martínez y Gago) siquiera le ataron los botines.
Russo se impuso por varias razones, más allá de que no había candidatos cantados o de peso. Primero, es un entrenador que no necesita adaptación a un club “en el que una hormiga se transforma en elefante”, según su propia definición. Además, es respetado y querido por la gente y Miguelo tiene tanta experiencia que ahorra tiempos, clave en la situación que vive Boca, algo que no garantizaba ni por lejos los otros candidatos al cargo. En una semana, Russo acomoda el vestuario, y para cuando llegue el partido contra Benfica será capaz de poner un equipo en cancha que compita. Eso es lo que Boca necesita hoy. Mañana, como canta Serrat, es un adverbio de tiempo.
Miguelo, entonces, aún no puede asumir porque legalmente está imposibilitado hasta tanto firme su rescisión contractual con San Lorenzo. Temprano en la mañana, Russo estuvo en el Nuevo Gasómetro y eso, quizá, alentó la esperanza de que hubiera solucionado los papeles, cosa que no sucedió por el momento. Y que amaga con demorarse por el malestar que causó en la dirigencia del Ciclón su abrupta salida para acordar su llegada a Boca .
Russo asumió sin asumir: dirigió a control a remoto
Igualmente, Russo, de alguna manera, asumió sin asumir. Mientras está al tanto del mercado de pases, que sin dudas se irá activando fuerte en las próximas horas, Russo se empezó a interiorizar en cuestiones internas del plantel y se puso al tanto de la planificación de los trabajos físicos que está realizando el plantel, a la espera de que finalmente comience su trabajo de campo.
El trabajo más urgente, aquí, será definirl el perfil del próximo plantel. No sólo a partir de las incorporaciones, sino fundamentalmente en la depuración que, inexorablemente, deberá realizar el club. Resta saber quién se hará cargo de la ingrata tarea, pero desde hace días desde el Consejo de Fútbol están trabajando sobre el tema, con lo que se descarta que será, en principio, una decisión más de la dirigencia que del nuevo cuerpo técnico, aunque obviamente tendrá voz en el tema, y hasta seguramente opinará sobre algún caso en particular. Hay nombres que por su propio peso, como el de Marcos Rojo, resolver su situación requerirá otros tiempos y no se resolverá en lo inmediato.
Así las cosas, en Boca esperan que no pasen muchos más días y que Miguelo finalmente pueda comenzar a trabajar en el campo. Por ahora, mientras tanto, todo parece estar bajo control (remoto).
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