El tema no aparecía en la agenda hasta que se aceleró la llegada de Miguel Ángel Russo, y ahí surgió como una posible traba para que los tiempos permitieran que las decisiones fueran prolijas. Es que la salida de Fernando Gago de su cargo como entrenador de Boca (de la que ya pasó más de un mes), no estaba aún plasmada en los papeles. Y eso configuraba un impedimento legal para que otro DT pudiera asumir en el puesto.
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