En el barrio Congreso Nacional, los reclamos de los vecinos tienen nombre propio: seguridad, salud y transporte. Estos tres temas acapararon el malestar de una comunidad que, por años, ha sido postergada. Ante una manifestación de vecinos, el intendente de Cerrillos, Enrique Borelli, se acercó al lugar.
Los vecinos también reclamaron por la obra de cordón cuneta, que avanza a pesar de los contratiempos. Hubo que demoler lo hecho años atrás por fallas estructurales y falta de controles. Hoy se tuvo que rehacer desde cero. La lluvia complicó los plazos, pero incluso en ese contexto, el Ejército intervino semanas atrás para mejorar las calles del fondo del barrio, una zona que no había recibido atención estatal en 17 años. Sin ese trabajo, todo el nuevo sistema de desagüe colapsaría, afectando a las familias más postergadas.
“Esta es la consecuencia del alcohol y de la droga. Siguen sucediendo estas cosas porque no nos dan importancia realmente a los reclamos. En Salud pedimos que la salita funcione pasadas las 6 de la tarde. Después de esa hora, sábados y domingos, no tenemos dónde llevar a un enfermo. Llegó el intendente Borelli y convocó a la gerenta del hospital y algunos jefes de policía. El viernes nos vamos a juntar todos, pero todos, el resto de las otras autoridades también. El barrio es grande y necesita de muchas cosas”, enfatizó Juan Reyes, presidente del Centro Vecinal de barrio Congreso.
Este viernes, a las 8 de la mañana, se convocó a una reunión clave en la entrada del barrio. Estarán presentes vecinos, concejales, los dos diputados, el senador, funcionarios del Ministerio de Seguridad, de Salud y de la empresa Saeta, ante los reclamos por el mal servicio de transporte. También se espera la presencia de concejales electos.
“Hay gente oportunista que quiere hacer creer que la empresa que está haciendo el cordón cuneta se va a ir, pero no se va a ningún lado. Esta empresa está cumpliendo, no como la que contrataron ellos”, afirmó Borelli.
Señaló que quienes hoy critican son los mismos que generaron el problema inicial: “Quieren instalar malestar en el barrio. Es una operación fogoneada por políticos que estuvieron y quieren volver”. Borelli también cuestionó el uso político de una situación sensible vivida por una vecina del barrio: “Es de muy mal gusto que se intente usar el fallecimiento de un vecino para sembrar miedo y hacer creer, aprovechando las circunstancias, que una obra será abandonada”.
El jefe comunal aseguró que tanto él como el senador Gonzalo Caro están presentes en el territorio: “La gente acude a quienes estamos cerca. Yo estuve en el barrio y el senador hizo gestiones ante el Ministerio de Seguridad. Por mi parte, gestioné en Salud y logramos que la gerenta del hospital Santa Teresita y su equipo se hagan presentes para responder a las inquietudes de los vecinos”.
Además, adelantó que convocará a una reunión abierta: “Como el reclamo es que siempre estamos los mismos, propuse una reunión el viernes a las 20 en la entrada del barrio. Todos están invitados”.