León XIV elogió ayer el gran legado de la encíclica “Laudato Si” del papa Francisco que cumple 10 años, pues “enseño a escuchar el doble grito de la Tierra y los pobres”, durante el rezo dominical del Regina coeli por primera vez celebrado desde la ventana del palacio apostólico ante miles de fieles reunidos en la Plaza de San Pedro.
“El papa Francisco firmó la oportuna encíclica dedicada al cuidado de nuestra casa común. Ha tenido una difusión extraordinaria, inspirando innumerables iniciativas y enseñando a todos a escuchar el doble grito de la tierra y de los pobres”, dijo el pontífice.
Asimismo animó al movimiento ‘Laudato Si’ que surgió tras la publicación de la encíclica “y a todos los que llevan adelante este compromiso”.
“Esta encíclica del papa Francisco nos llama a renovar el diálogo sobre cómo estamos construyendo el futuro del planeta, para unirnos en la búsqueda de un desarrollo sostenible e integral y proteger la casa común que Dios nos ha confiado”, escribió el Papa en una red social.
León XIV ha retomado la preocupación por el medioambiente de su predecesor como expresó en el vídeomensaje que envió a un encuentro de rectores universitarios de América y la Península Ibérica en Río de Janeiro en el que les emplazó a “trabajar por una justicia ecológica, social y ambiental”.
Ese encuentro también tenía por objetivo preparar la cumbre climática COP30, que este tendrá lugar en la ciudad amazónica de Belém y a la que el nuevo Papa ha sido invitado por el Gobierno brasileño de Luiz Inácio Lula Da Silva.
Países en guerra
En un contexto global de conflictos, León XIV elevó una oración por todos los pueblos “que sufren la guerra” y manifestó su apoyo a “cuantos están comprometidos con el diálogo y la búsqueda de la paz”.
Previo al rezo del Regina Coeli, el Papa expresó su gratitud por el afecto recibido. Reflexionando sobre el Evangelio, destacó que, aunque los creyentes puedan sentirse insuficientes ante los llamados del Señor, no deben enfocarse en sus propias fuerzas, sino en “la misericordia del Señor que nos ha elegido, seguros de que el Espíritu Santo nos guía y nos enseña todo”.
En este sentido, enfatizó que Jesús anunció el don del Espíritu Santo a los Apóstoles, quienes, “en la víspera de la muerte del Maestro, se encontraban turbados y angustiados, preguntándose cómo podrían ser continuadores y testigos del Reino de Dios”.
Concluyó su mensaje alentando a los fieles a caminar “en la alegría de la fe, para ser templo santo del Señor”, y a llevar su amor “a todas partes, recordando que cada hermana y cada hermano es morada de Dios, y que su presencia se revela especialmente en los pequeños, en los pobres y en quienes sufren”.