Claro, en esa previa era una preocupación qué pasaría con los refuerzos estelares que habían llegado y aún se terminaban de acoplar si las cosas no salían y el equipo de Fernando Gago no lograba remontar el 0-1 de la ida y acceder así a la siguiente fase del repechaje para meterse en la zona de grupos de la Copa Libertadores. Pero nadie -nadie- pensaba en que eso sería posible: de local, con la Bombonera explotada y los regresos de Edinson Cavani, Marcos Rojo y Ander Herrera para certificar el peso de los nombres, la idea era superar esa primera prueba de fuego y después seguir ordenando.
Boca Juniors – El insólito gol errado de Edinson Cavani ante Alianza Lima Cavani tuvo la clasificación para Boca
Boca Juniors – El penal de Alan Velasco contra Alianza Lima Video: ESPN
Sin embargo, las cosas no salieron. Boca no aprovechó la ventaja inicial y tampoco le pudo poner el moño al 2-1 que desembocó en los penales, y éstos determinaron la eliminación. Y el final para el gran objetivo del año: volver a la Copa y soñar en grande, a partir del buen plantel armado.
Horas complicadas
Si esas horas fueron inverosímiles, más aún lo terminaron siendo los días posteriores. A Gago parecían haberlo acorralado los hechos y desde el club se descontaba que el partido siguiente (apenas 72 horas más tarde, también en el Templo y ante el invicto Rosario Central), sería el último de Pintita como DT del equipo. No fue finalmente así, Boca ganó y las declaraciones del entrenador bajaron un tono de la falta de autocrítica de días atrás y hasta se animó a levantar la cabeza con un mensaje insospechado a esa hora: “Tenemos que salir campeones”.
Cinco partidos y cinco triunfos después, a Boca le tocó una visita de riesgo y otra vez no estuvo a la altura, en el 0-2 ante Newell’s con una insólita lesión de Ander Herrera a menos de cinco minutos de haber ingresado. Aunque después el Xeneize volvió al triunfo y llegó al otro punto clave de la historia holgado en la punta de su Zona del Torneo Apertura. Ese punto era el marcado en el calendario desde el inicio de cualquier visita al fixture: el superclásico del 17 de abril en el Monumental.
El clásico que terminó con Gago
Boca Juniors – La conferencia completa de Gago tras la derrota 2-1 de Boca vs. River El DT xeneize habló durante poco más de seis minutos en la sala de conferencias del Monumental.
Esas horas -con un partido con poco en juego ante Tigre por delante- pasaron de la expectativa por conocer el nombre del reemplazante de FG a la cada vez más grande chance de que Mariano Herrón (a punto de asumir su cuarto interinato en el club), se quede hasta el final del campeonato al frente del equipo.
Ya después de ese domingo y de los resultados posteriores que fijaron a Lanús como el siguiente rival, ya en los mata-mata para ir en busca del título, la certeza de que no habría nuevo DT mientras hubiera vida en campeonato era ya una realidad. La apuesta de Riquelme era que el equipo sintiera el golpe de efecto, aproveche la localía asegurada hasta semis y -cómo no- tratar de volver a ser campeón con un hombre de la casa.
La noche que la Bombonera habló
Lo que tal vez no se imaginaban ni Román ni ninguno que estuviera cerca suyo era que ese sábado 10 de mayo, una vez que se terminaron los 90 minutos ante Lanús -en los que el 0 a 0 mostró tal vez la peor cara de Boca en el año- la cancha explotaría en su contra. Con cantos directos y de los que duelen a quienes lo reciben. A partir de ahí, pese a la clasificación a cuartos en los penales, la decisión estaba tomada: post torneo asumiría un nuevo DT.
Pero primero estaba en el horizonte un nuevo clásico, esta vez ante Independiente. Y el Templo -otra vez a pleno- no fue suficiente para amedrentar al rival, que se llevó la llave con un gol de Angulo en el segundo tiempo, y con una floja respuesta de un equipo al que no le faltaron variantes ni referentes en cancha, pero así y todo sumó su segunda frustración en poco tiempo de competencia.
Club Atlético Independiente – Independiente eliminó a Boca y pasó a semis Video: ESPN
Sin DT y con poca claridad
La semana libre que siguió a esa última derrota, con el Mundial de Clubes cada vez más cerca, y la falta de claridad acerca del futuro entrenador (con Miguel Ángel Russo ya encaminado pero compitiendo hasta este mismo domingo con San Lorenzo), terminó de exasperar a aquellos que no comulgan con la gestión del actual presidente, y hasta empezó a decepcionar a los que sí lo bancan.
No está claro cómo seguirá la historia, ni cuándo se empezará a torcer. Lo cierto es que entre desafíos, derrotas, victorias, penales, héroes, antihéroes, decisiones, gritos, cantos, rumores y muchas cuestiones más, los últimos 90 días de Boca fueron un auténtico paseo por todos los estados posibles. Y un camino de inexorable frustración que -hasta acá- no da señales de frenar.
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