Gladys lo acompañó hasta el final, y hoy lo recuerda con dolor, pero también con amor por todo lo que vivieron juntos y los sueños que compartieron. Cuando comenzaba el vínculo con Ojeda, la intérprete de “La pollera amarilla” hablaba con emoción sobre el romance.
En una entrevista con Farándula Show, Gladys contaba que Luciano era alguien completamente ajeno a los medios, y que esa distancia con la exposición mediática era algo que los unía: “Él no es de este ambiente, no le gusta y a mí tampoco me gusta exponerlo tanto así, pero me hace feliz. Estamos muy bien”.
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Sin embargo, más allá de la reserva, los sueños compartidos eran enormes. Al ser consultada por el periodista si le gustaría volver a casarse y tener más hijos, Gladys no dudó: “Todo. Me encantaría todo, todo lo que dijiste: casarme, hijos, formar una familia”, expresó entre risas y con ilusión en los ojos.
Esa fantasía de formar un hogar con Luciano fue uno de los máximos anhelos de la artista, quien vivía un amor intenso, genuino y transformador. Pero el destino les tenía preparado otro camino. A Luciano le diagnosticaron cáncer y la enfermedad avanzó rápidamente.
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Durante todo ese proceso, Gladys estuvo a su lado, lo acompañó en cada etapa del tratamiento y compartió su lucha con el público. “Mi amor, mi guerrero, vamos ¡Fuerza, mi amor! Sos un gran luchador, un hombre muy valiente. Lo estás dando todo”, escribió ella en redes, alentándolo a seguir batallando.
En una desgarradora entrevista con Carmen Barbieri, Gladys reveló que Ojeda llegó a tener un tumor de 8 kilos en el abdomen. La situación era tan dura que, en un momento, él mismo decidió alejarse. “El doctor que lo atendía medio que le dijo ‘andá a morirte a tu casa’, una onda así, sin ninguna esperanza”.
“Y él dijo ‘esta chica no se merece nada de lo que estoy viviendo’”, relató conmovida. En ese entonces, Luciano se fue sin avisar, se llevó sus cosas y cortó el vínculo, negándose a que ella lo viera débil. Gladys luchó por estar a su lado.
“Le imploré tanto a Dios y a él que me dejara estar a su lado. Que después hiciera lo que quisiera, pero que me dejara acompañarlo”, confesó con la voz quebrada. Finalmente, Luciano cedió y le agradeció por su amor incondicional.
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En una carta conmovedora, le escribió: “Gracias por insistir, gracias por no bajar los brazos, gracias por acompañar y estar a pesar de las duras, nefastas y catastróficas adversidades que se me presentaron atentando contra la hermosa vida llena de amor sano y sincero que estábamos construyendo juntos”.
Hoy, Gladys atraviesa un dolor inmenso. Su hijo, Tyago Griffo, canceló sus compromisos artísticos para acompañarla en este momento desgarrador. Más allá de la tragedia, lo que queda es el amor: una historia que no pudo ser eterna, pero que sí fue verdadera, soñada y profundamente sentida.
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Fuente: https://www.paparazzi.com.ar/