El presidente Javier Milei participó ayer del tradicional Tedeum del 25 de Mayo en la Catedral Metropolitana, en una jornada marcada por gestos políticos de fuerte tensión. Acompañado por todo su gabinete y su hermana Karina Milei, el mandatario evitó saludar a la vicepresidenta Victoria Villarruel y al jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, con quienes mantiene vínculos quebrados.
Milei llegó a la Casa Rosada a las 7:55, cuando sólo el flamante jefe de Gabinete, Guillermo Francos, se encontraba presente. Minutos después se sumaron los demás ministros, quienes esperaron en el Salón de los Bustos. Pasadas las 8:30, Milei descendió desde su despacho y encabezó, junto a sus funcionarios, la caminata hacia la Catedral, rodeado de simpatizantes que lo saludaban desde detrás de las vallas.
Ya dentro del templo, el Presidente saludó a miembros de su equipo económico, a la diputada Patricia Vásquez y a los libertarios Carlos Zapata y José Luis Espert. Sin embargo, al encontrarse con Villarruel y Jorge Macri, Milei giró levemente y evitó estrecharles la mano, dejando en el aire el saludo del jefe de Gobierno porteño y pasando por alto a su vicepresidenta, con quien no cruzó palabras ni miradas.
El gesto confirmó la persistente distancia con Villarruel, con quien no compartía un acto público desde el 1° de marzo, durante la apertura de sesiones en el Congreso. Entre ambos no hubo diálogo ni contacto visual, y el vínculo permanece roto desde hace casi un año por desacuerdos internos.
En el caso de Jorge Macri, la tensión se profundizó tras la reciente campaña porteña, donde el mandatario se molestó por la contratación del asesor catalán Antoni Gutiérrez Rubí, a quien acusa de orquestar una “campaña sucia” en su contra en 2023 y al que calificó públicamente como una “basura humana”.
Tras el Tedeum, Milei asistió al cambio de guardia del Regimiento de Patricios en Plaza de Mayo. Aunque estuvo flanqueado por Villarruel y Macri, no cruzó palabra con ninguno. Luego regresó a la Rosada, mientras la vicepresidenta se quedó saludando a la gente, en un gesto que contrastó con el hermetismo del Presidente y su equipo.