Argentina atraviesa un brote de sarampión que captó la atención de las autoridades de salud desde principios de 2025. Este brote se inscribe en un contexto de preocupación global sobre la reaparición de esta enfermedad viral aguda y extremadamente contagiosa.
Según las últimas cifras del Boletín Epidemiológico Nacional (BEN), los casos de sarampión confirmados ascendían a 29.
El incremento de los casos se comenzó a notar desde la Semana Epidemiológica 6, coincidiendo con la alerta del Ministerio de Salud de la Nación. Las provincias más afectadas son Buenos Aires, con 17 casos, y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), con 11. Además, se registró un caso en San Luis.
Los contagios se concentraron en personas de entre 9 meses y 38 años de edad, reflejando la amplia capacidad de propagación de la enfermedad entre poblaciones no vacunadas.
La baja en la vacunación como motor de los contagios
Expertos destacan la importancia de acceder a las vacunas para evitar la propagación del virus (Freepik)
La situación actual del sarampión en Argentina enfatiza un problema crucial: la insuficiente cobertura de vacunación y la necesidad de implementar estrategias complementarias adecuadas. Según las estadísticas, la cobertura para la primera dosis de la vacuna triple viral está en un 78,5%, mientras que para la segunda dosis cae de manera alarmante a un 46,2%. Esto refleja un déficit significativo en la inmunidad colectiva necesaria para prevenir la propagación del virus.
Consultado por Infobae, el médico infectólogo pediatra Eduardo López (MN 37586), jefe del Departamento de Clínica Pediátrica del Hospital Ricardo Gutiérrez, subrayó la gravedad de la situación, e indicó que alrededor de 482.000 dosis de vacunas no se aplicaron solo en el año 2023, que es el equivalente a prácticamente toda la cohorte que nace.
“El riesgo de tener brotes de sarampión o eventualmente casos esporádicos está dado porque las coberturas han bajado críticamente”, aseguró López. Esta baja cobertura se debe a varias razones, entre las que destaca el acceso insuficiente a las vacunas y la falta de estrategias proactivas para asegurar que las personas reciban las dosis necesarias.
Aumentar la accesibilidad a las vacunas es crucial para frenar esta enfermedad (www.paho.org)
Es que si bien las autoridades gubernamentales iniciaron la distribución de 694.850 dosis de vacunas dobles y triples para reforzar las capacidades del sistema de salud, hasta el momento sólo fueron aplicadas a la fecha 101.001 dosis, lo que representa un 16,3% de la población objetivo.
“Se pudo constatar que entre los números que surgen de SISA y NOMIVAC y las dosis aplicadas hay una diferencia del 0,5 por ciento, lo que da la pauta de que los datos de notificación son fieles, por lo que es importante seguir fortaleciendo la vacunación”, informaron desde el Ministerio de Salud la semana pasada luego de un nuevo encuentro del Consejo Federal de Salud (COFESA).
En ese sentido, para López, “entregar las vacunas es el primer paso. El paso final de las vacunas es contar con las dosis aplicadas en el brazo de los chicos”. En su mirada, esto pone de relieve la necesidad de “mejorar el acceso y las facilidades para recibir la vacunación”, para lo que sugirió, por ejemplo, extensiones en los horarios de atención y la reintroducción de las campañas de vacunación en las escuelas.
“A las familias que trabajan hasta las cuatro o cinco de la tarde les cuesta mucho llevar a los chicos a vacunarse porque la mayoría de los vacunatorios cierran a partir de las dos y algunos antes -evaluó-. Además, los centros de vacunación permanecen cerrados los fines de semana y feriados”.
El infectólogo Eduardo López subrayó la necesidad de horarios ampliados en los centros de vacunación (Imagen Ilustrativa Infobae)
En ese sentido, López enfatizó que “el 85% de la población se vacuna en el sistema público, pero si este sistema no responde adecuadamente, las coberturas seguirán disminuyendo”. El especialista destacó la importancia de revaluar la responsabilidad que recae sobre los municipios, quienes carecen de los recursos adecuados, por lo que sugirió un mayor apoyo de las provincias para enfrentar el brote epidémico.
La reintroducción del virus en Argentina subraya la necesidad de mantener coberturas vacunales elevadas y de adoptar un enfoque más proactivo y accesible, tanto en términos de ubicación como de horario. Al respecto, López advirtió: “Las cifras ilustran la magnitud del desafío y la urgencia de reconfigurar las estrategias para aumentar las coberturas a niveles óptimos y asegurar una protección robusta ante futuros brotes”.
Avances y desafíos de la campaña de vacunación focalizada
Las bajas coberturas de vacunación explican el riesgo de brotes recurrentes de sarampión en Argentina (Freepik)
La campaña de vacunación focalizada contra el sarampión en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) registra, hasta el momento, solo el 16,3% de la población objetivo vacunada. Este dato refleja el desafío para controlar el brote epidémico de una enfermedad altamente contagiosa.
Una de las principales dificultades señaladas es la accesibilidad a las vacunas. Al respecto, el COFESA enfatizó recientemente la importancia de fortalecer las medidas existentes, incluyendo la logística de distribución y la comunicación de la importancia de vacunarse.
Asimismo, como mencionó el infectólogo, los programas de vacunación en las escuelas deben reconsiderarse seriamente. Para él, la vacunación escolar fue anteriormente una estrategia efectiva, y su abandono contribuyó al desajuste actual. “Hay que ir a vacunar en las escuelas, especialmente aquellos niños que el carnet de vacunación está incompleto para sarampión o no lo tiene”, insistió.
Los planes para mejorar la cobertura deben considerar estas recomendaciones prácticas, con un enfoque en reducir las barreras de acceso y mejorar la disposición social para participar en la vacunación. Para cerrar las brechas existentes, es fundamental reforzar la colaboración interinstitucional y asegurarse de que todos los actores en todos los niveles de gobierno trabajen unidos en esta misión vital de salud pública.
Estrategias y recomendaciones ante el brote
La reintroducción del sarampión se perfila como un riesgo continuo en el contexto global de salud (Imagen Ilustrativa Infobae)
En el contexto del brote actual de sarampión en Argentina, el Ministerio de Salud delineó varias estrategias y recomendaciones para reforzar las acciones de salud pública y mejorar las coberturas de vacunación. Estas medidas buscan no solo controlar el brote inmediato sino también anticiparse a futuras reintroducciones del virus en el país.
Una de las principales acciones abarca la distribución de vacunas doble y triple viral a nivel nacional como parte de una estrategia focalizada. Estas campañas no solo están dirigidas a fortalecer la respuesta local ante el brote, sino también a mantener el stock necesario para el bloqueo proactivo de casos potenciales en otras regiones.
El Ministerio de Salud proporcionó recomendaciones específicas sobre las poblaciones que deben recibir la vacuna contra el sarampión:
6 a 11 meses: deben recibir una dosis de la vacuna doble viral (conocida como dosis cero).
12 meses: deben recibir la vacuna triple viral (TV) correspondiente al Calendario Nacional de Vacunación (CNV).
13 meses a 4 años: reciben una dosis adicional de la vacuna doble viral.
5 años: reciben la vacuna triple viral (TV) correspondiente al CNV, asegurando su protección para el ingreso escolar.
Esfuerzos conjuntos de salud pública y educación son necesarios para cerrar las brechas de vacunación (Freepik)
Para mayores de cinco años, se requiere que cuenten con al menos dos dosis de la vacuna. Estas pautas aseguran que las cohortes más jóvenes, que son más susceptibles a la transmisión del virus, reciban la protección necesaria.
Sobre el final, López volvió a enfatizar la importancia del acceso y la facilidad para que las personas se vacunen. “Hay que ir a buscar los pacientes y no ser pasivos esperando que el paciente llegue a los vacunatorios”, señaló.
Adicionalmente, las recomendaciones del Ministerio de Salud incluyen vacunar a todo el personal de salud para garantizar que estén protegidos y ayudar a frenar la propagación del virus. También se resaltó la necesidad de una vigilancia epidemiológica constante para detectar y mitigar rápidamente cualquier nuevo brote.
Esta estrategia integral, que combina distribución eficiente de vacunas, educación, y políticas de acceso público, es crucial para mitigar el impacto del sarampión, una enfermedad que amenaza con reintroducirse repetidamente si no se toman medidas contundentes y sostenibles.
Cabe aclarar que el sarampión es altamente contagioso y puede dar lugar a complicaciones graves, especialmente en individuos no vacunados. Según las autoridades sanitarias, la mortalidad global oscila entre un 3% y un 6%, lo que llevó a un fuerte llamado para reforzar las coberturas de vacunación. Se trata de un desafío sanitario que demanda estrategias integrales y coordinadas para su control efectivo.
Fuente: https://www.infobae.com/america/