“Billetera mata galán” esquiva muchas veces al fútbol. Los equipos más poderosos ponen sobre la mesa sus presupuestos e intentan armar sus equipos con jugadores de mucha jerarquía por los que deben hacer inversiones, muchas veces, millonarias. Primer ítem que la ilógica hermosa del mundo de la pelota destrozó. Los finalistas se armaron en silencio, con jugadores que se llevan menos flashes y de perfil superbajo.
El peso de las localías no achicó a nadie. Ese plus que pueda dar jugar con 40, 50 o 90 mil personas a favor es siempre bienvenido, pero no vinculante obligatoriamente con el triunfo. Ninguno de los que jugaron en su estadio en los cuatro partidos de los cuartos y en los dos de las semis terminó festejando. Otra hermosa ilógica de la redonda.
Equipos ordenados, con el foco puesto en la acción colectiva sobre lo individual, especialistas en aprovechar el descuido rival, fuertes, con convicciones firmes, con sentido de identidad, humildes y alejados de la soberbia. Con los matices que mostró cada uno, tanto Huracán como Platense tienen muchos puntos que los conectan, tanto adentro como afuera de la cancha. Porque justamente no eran candidatos de nadie y, más allá de los penales que ambos debieron patear en distintas definiciones, no fueron menos que los rivales que eliminaron.
VIDEOS DE HURACÁN Y PLATENSE A LA FINAL
Club Atlético Independiente – Los penales entre Independiente y Huracán ESPN.
Platense – ¡Platense a la final! Video: ESPN
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