“Y un día lo hice”, escribió junto a una foto que compartió mediante sus redes sociales donde se mostró en una cancha de pádel. Con ropa deportiva, sonrisa de oreja a oreja y una paleta en la mano, la imagen mostró cómo atraviesa su ruptura.
La periodista y modelo pasó trece años en pareja con el exfutbolista y tuvo tres hijas. Según reveló Pepe Ochoa, Darío se fue del hogar hace un mes y solo volvió al barrio para buscar a las nenas: “Está medio hinchado los huevos de ella”. Pero ninguno de ellos habló del tema.
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Chechu eligió mantenerse en silencio para evitar polémicas en su vida. Tomó clases, practicó golpes y se animó a un deporte que siempre le llamó la atención. El pádel se convirtió en su refugio en medio de su separación y el duelo que transita.
Más allá del escándalo, Chechu se enfocó en armar una rutina distinta. Su publicación fue breve, pero contundente: mostró que no planea quedarse estancada en el dolor. En la imagen se notó que disfrutó la experiencia, y eso bastó para que sus seguidores celebraran el cambio. Nadie esperó ese giro tan rápido, pero lo dio con naturalidad.
La decisión de aprender pádel no fue casual ni improvisada. Varios notaron que la periodista buscó una actividad física que le exigiera concentración y le permitiera canalizar energía. No ofreció más detalles, pero las imágenes hablaron solas: transpiró, se rió y compartió ese instante sin frases rimbombantes ni dramatismo.
Mientras tanto, Cvitanich no dio declaraciones y optó por mantenerse al margen del revuelo. Según Ochoa, “el tiempo les generó una crisis”. Chechu eligió otra respuesta: transpirar en la cancha, empezar desde cero y moverse. En vez de mirar para atrás, hizo foco en su presente.
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Fuente: https://www.paparazzi.com.ar/