En ese sentido, la elección por parte de Juan Román Riquelme para que Miguel Ángel Russo se haga cargo del futuro del equipo es bastante paradójica. Sólo hay que remontarse a la historia del DT en sus dos pasos anteriores por el club y entender dónde estaba puesta esa famosa vara en ambos puntos de la línea de tiempo, que lleva desde la última conquista continental (con Miguelo al frente del barco) a este presente sin rumbo y sin conductor designado.
Porque tal vez algún desmemoriado no lo recuerde, pero el primer ciclo de Russo al mando de Boca terminó con la no renovación de su vínculo tras haber perdido… la final del mundo. En efecto, tras el 2-4 ante el Milan de Carlo Ancelotti en el partido decisivo del hasta acá único Mundial de Clubes que disputó la institución. Algo que configura una curiosidad, pensando en que nadie podía suponer que sea el mismo entrenador quien se enfrente a un objetivo tan similar (aún con sus diferencias), con 18 años de diferencia entre uno y otro.
Milan – Mundial de Clubes 2007: Milan 4 – Boca 2 Goles de Palacio y Ambrosini en contra para Boca, Inzaghi x2, Nesta y Kaká para Milan.
Por esa experiencia o por reparación histórica, lo cierto es que el último DT Campeón de América con el Xeneize -despedido por Pedro Pompilio apenas un semestre después del máximo logro de su carrera- podría tener revancha incluso en un contexto tan distinto, éste de repechajes para etapas previas no superados.
Dos hombres, dos etapas: el día que Carletto Ancelotti venció a Miguel Ángel Russo.
La vara en baja
Esa, y no otra, era la vara por entonces. En un Boca que alzaba su cuarta Copa en ocho años y que aspiraba (ya con Riquelme definitivamente de regreso desde Europa) a seguir reinando en un continente que se rendía a sus pies.
Pedro Pompilio consuela a Russo tras la derrota con Milan. Horas después le pediría el cambio de PF y -por consiguiente- lo empezaría a alejar del club.
Segundas y exitosas partes
Algo más de una década después, a Miguel tampoco se le perdonó una que hoy tal vez sería vista con mejores ojos, por aquello de la vara: en apenas seis meses, a su Boca se le fueron dos Libertadores, una en las semifinales ante Santos y la otra en aquella serie en la que el VAR y los arbitrajes le impidieron ir más allá de Octavos contra Atlético Mineiro. Unas pocas semanas después, incluso luego de haber eliminado a River de la Copa Argentina, llegó la comuncación que bajaba de la dirigencia (ahora desde las órdenes del propio Riquelme), para terminar con la segunda experiencia de Russo en Boca.
Russo, durante su segundo ciclo en Boca.
Claro que si bien la medida del éxito ya estaba distorsionada, los dos títulos y medio conseguidos desde comienzos de 2020 y hasta aquel agosto del año siguiente (el tercero llegaría bajo el mando de Sebastián Battaglia en esa misma Copa Argentina a la que Miguelo supo aportar), hoy aparecen como logros tan distantes como de difusa receta para volver a conseguirlos.
Boca Juniors – El video de Boca para Russo El club lo publicó en sus redes sociales a modo de despedida.
Es que si bien la mayoría de los entrenadores que se sucedieron -entre aquella Copa del 2007 y la actualidad- fueron cayendo de su puesto a partir de eliminaciones coperas, este presente flaco en logros (el último título absoluto data de comienzos de 2023) es propenso a que cualquier síntoma de buenos resultados pueda ser asumido como una alegría. A saber, pasar con hidalguía por el nuevo Mundial que se aproxima, y dejar sentada una base de calma y esperanza para afrontar la siguiente etapa del 2025 de la mejor manera.
Boca Juniors – Russo y “el foul que no existió” El entrenador de Boca habló de la jugada que terminó en tiro libre y gol de Argentinos. Video: TNT Sports
Porque -más allá del porrazo ante Alianza Lima y la dura derrota ante River- el Apertura se terminó yendo con un Boca que entregó tibiamente su invicto en la Bombonera y dejó la imagen de haber quedado muy lejos del título. Y con esa sola premisa, la de mejorar lo poco que hay en la mesa, la vuelta de Miguel parece tener objetivos más terrenales que los que lo dejaron fuera del club las veces anteriores. En una historia que se escribe en una línea: de Mundial a Mundial.
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