Lo que parecía una simple maleza con flores amarillas se ha transformado en una verdadera amenaza ambiental y social en el Valle de Lerma. El “pasto cubano”, una especie invasora de crecimiento acelerado, ya no se limita a los campos: hoy cubre rutas, caminos, jardines, plazas y hasta maquinaria vial abandonada.
La postal amarilla que ofrecen sus flores esconde un peligro latente. Esta planta, que puede alcanzar hasta cuatro metros de altura, se seca rápidamente con la llegada del clima seco, convirtiéndose en un material altamente inflamable. Ya no se trata de una advertencia teórica: los incendios generados por esta maleza ocurrieron en años anteriores y, con las actuales condiciones climáticas que se adelantaron a mayo, el riesgo vuelve a ser extremo.
Vecinos y productores del Valle de Lerma llevan tiempo alzando la voz. Denuncian que el pasto cubano se acumula incluso en banquinas y zonas urbanas donde la responsabilidad del mantenimiento es del Estado. Las máquinas viales, oxidadas y rodeadas de maleza, reflejan la falta de acción.
Mientras tanto, la planta se multiplica: un solo ejemplar puede liberar hasta 20.000 semillas, que viajan por el viento, el agua o las mismas herramientas agrícolas. Así, el avance es constante, imparable y cada vez más peligroso.
Lo más grave es la indiferencia. Las autoridades conocen este problema desde hace años. En 2021, los productores pidieron medidas urgentes a la Sociedad Rural y al Ministerio de la Producción. Se creó una mesa de trabajo que prometía una estrategia coordinada, pero el paso del tiempo demostró que esas promesas quedaron en papeles y reuniones. Nada cambió y por el contrario la situación tiene a agravarse a año a año.
Es un invasor que puede provocar grandes incendios. Hoy, el “pasto cubano” no sólo invade los campos y desplaza cultivos: amenaza barrios, escuelas, plazas y rutas. Ha llegado a lugares impensados y crece con fuerza. Lo que antes era una preocupación sectorial, hoy es una emergencia ambiental y de seguridad.
¿Hace falta esperar otro gran incendio para reaccionar? ¿Quién se hará cargo si el fuego alcanza una casa, una escuela o una comunidad entera? El Valle de Lerma está rodeado de una maleza altamente inflamable y la inacción del Estado es su chispa.
La mayoría de los incendios registrados en el Valle de Lerma durante 2023 —y en particular en años anteriores— tuvieron un origen común: el tallo seco del “pasto cubano”.
Una seria advertencia de Bomberos
Una vez que cae su característica flor amarilla, el tallo de esta planta queda completamente seco y se convierte en un material extremadamente inflamable. No solo facilita la propagación del fuego, sino que actúa como un conductor perfecto hacia otros elementos combustibles del entorno, como pastos naturales, rastrojos y ramas secas.
Bomberos de distintas localidades del Valle de Lerma ya lo han advertido en más de una ocasión: el pasto cubano no solo es responsable del inicio de muchos focos ígneos, sino que también permite que el fuego avance rápidamente hasta zonas habitadas, poniendo en riesgo viviendas, animales y vidas humanas.
Este año, ya desde mayo, la presencia de esta maleza volvió a generar serios inconvenientes. No solo se ha extendido como plaga visualmente invasiva en caminos, banquinas y espacios públicos, sino que representa una amenaza latente de cara a la temporada invernal, que se prevé seca y ventosa.