Los primeros en advertir su presencia fueron vecinos que, desconcertados, observaron al porcino de gran porte -para ser tan joven- caminar con paso decidido por la vereda. Algunos optaron por resguardarse en sus casas, mientras otros, con celular en mano, comenzaron a grabar lo que sería una escena digna de viralizarse.
Minutos después, una patrulla policial llegó al lugar. Lo que parecía un procedimiento sencillo se convirtió en una verdadera odisea. Fueron tres los efectivos que debieron trenzarse en una suerte de pulseada callejera con el cerdo, mientras el animal no paraba de gruñir ni de correr por la calzada, desafiando cada intento de captura.
“Es muy fuerte ese chancho. Los policías tuvieron que trenzarse en una feroz lucha con el animal hasta que lograron enlazarlo, pobrecito”, comentó una joven que seguía la escena desde su ventana, sin poder contener la risa y la preocupación.
El operativo tuvo su punto de quiebre gracias a un ocasional transeúnte que, en un acto de solidaridad urbana, cruzó su camioneta en la calle y logró frenar la huida del “cuchi”. Solo entonces, con trabajo en equipo y algunos refunfuños del animal, lograron reducirlo y retirarlo del lugar.
Hasta el momento, nadie pudo explicar cómo llegó el porcino hasta Villa Chartas, una zona densamente poblada y sin granjas a la vista. Lo cierto es que el cerdo se convirtió en la figura del día: vecinos comentaban el episodio en las esquinas. El chancho ya está a salvo. Y Villa Chartas… también.