Elon Musk, CEO de Tesla y SpaceX, anunció este martes que no planea seguir invirtiendo grandes sumas de dinero en política. “Si veo una razón para gastar dinero en política, lo haré, pero por ahora no la veo”, declaró durante una videoconferencia en el Foro Económico de Catar, transmitida por Bloomberg.
La declaración marca un aparente cambio de rumbo respecto a los cientos de millones de dólares que Musk destinó en los últimos años para apoyar al presidente Donald Trump y a candidatos del Partido Republicano. “Hice lo que tenía que hacerse”, aseguró, al referirse a su participación activa en la política estadounidense, que incluyó hasta funciones no oficiales dentro de la administración Trump.
Tesla, su principal fuente de riqueza, ha sido blanco de protestas, boicots y actos de vandalismo tras su acercamiento al presidente. En su intervención, Musk denunció haber sido víctima de “violencia masiva” contra sus empresas y de amenazas personales. “Varios de ellos irán a la cárcel y se lo merecen”, afirmó, en referencia a quienes habrían participado en ataques a concesionarios de la marca y destrucción de vehículos.
Con un patrimonio de 423.000 millones de dólares, Musk aseguró que Tesla “ya dio un giro” y que la recuperación en Wall Street, con una capitalización bursátil que volvió a superar el billón de dólares, demuestra que la compañía sigue en buena forma, pese a la caída de ventas en Europa.
A su vez, reconoció que redujo su rol como jefe “no oficial” del “Departamento de Eficiencia Gubernamental”, un cargo simbólico que ejerció en el gobierno de Trump, y que ahora solo colabora “dos días a la semana”.
El multimillonario también dejó entrever que continuará como director ejecutivo de Tesla por los próximos cinco años, aunque bromeó con que “podría morir”, en respuesta a los rumores sobre una posible salida por las controversias políticas.
En cuanto a SpaceX, Musk dejó claro que no tiene planes de vincularla con la industria armamentística: “No es una aspiración”, dijo. Aseguró que la empresa se encargará del 90 % de los lanzamientos orbitales en 2025, gracias al despliegue de la constelación de satélites más grande hasta ahora.
Pese a su retirada parcial de la política, Musk no cerró del todo la puerta a futuras incursiones: “Si en algún momento veo que es necesario volver a intervenir, lo haré”.