El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, aseguró ayer que el Ejército de Israel tomará el control de todas las zonas de la Franja de Gaza, mientras su Gobierno permitirá únicamente una entrada “mínima” de ayuda humanitaria.
Esta decisión busca mantener el respaldo internacional mientras avanza la ofensiva militar, que entró recientemente en una nueva fase.
“Tenemos unos combates intensos y está habiendo progresos. Vamos a tomar el control de todas las zonas de la Franja, eso es lo que vamos a hacer”, dijo Netanyahu en un vídeo. Explicó que autoriza el ingreso limitado de suministros por temor a que imágenes de una hambruna masiva en Gaza debiliten el respaldo de países aliados, en especial EEUU.
El Gobierno israelí busca establecer puntos de distribución controlados por su Ejército en el sur del enclave. El plan ha sido respaldado por Washington, pero ha generado el rechazo frontal de la ONU, que hasta ahora gestionaba la ayuda humanitaria en Gaza.
Endurecen su postura
Frente a esta situación, líderes de Francia, Reino Unido y Canadá emitieron una declaración conjunta en la que califican de “escandalosas” las acciones de Israel y exigen el cese inmediato de la ofensiva. Emmanuel Macron, Keir Starmer y Mark Carney advirtieron que tomarán “medidas concretas” si no se detiene la operación militar y no se garantiza el ingreso adecuado de ayuda.
“Pedimos al Gobierno israelí que autorice la entrada inmediata de ayuda humanitaria bajo supervisión de la ONU. Lo contrario es inaceptable y podría constituir una violación del derecho internacional humanitario”, afirmaron. Y también rechazaron la expansión de asentamientos en Cisjordania y anunciaron que están dispuestos a reconocer un Estado palestino como parte de una solución con dos Estados, que consideran esencial para una paz duradera.
España también expresó su condena. En la Asamblea de la Organización Mundial de la Salud (OMS), denunció que 37 de los 38 hospitales de Gaza han sido bombardeados por Israel y exigió “actuar para detener esta barbarie”. España aboga por un alto el fuego permanente y por trabajar en una solución política basada en la coexistencia de dos Estados.
El endurecimiento del discurso internacional marca un cambio relevante entre los aliados históricos de Israel, que ahora no descartan sanciones o medidas diplomáticas directas si continúa la ofensiva militar y la crisis humanitaria en Gaza se agrava aún más.