Las actividades se extendieron a lo largo de la jornada del sábado 17, en la que no faltaron momentos de oración, reflexión y celebración. Uno de los momentos más emotivos fue la visita de las imágenes peregrinas del Señor y la Virgen del Milagro, patronos tutelares de Salta, que recorrieron la zona centro de la localidad y fueron recibidas con aplausos, pañuelos al aire y oraciones por parte de los fieles.
Durante el evento se desarrollaron diversas propuestas pensadas para toda la familia: hubo juegos recreativos, música en vivo, testimonios de vida, sorteos, espacios de encuentro y mucha participación comunitaria. No solo los grupos pastorales y las familias invitadas se sumaron activamente a la propuesta, sino que numerosos vecinos y vecinas de Cerrillos se asistieron espontáneamente al festejo.
El cierre del Jubileo tuvo lugar en el atrio de la parroquia, donde se vivió un momento cargado de emoción y alegría. Allí se presentó el grupo folclórico Los Cardenales, que interpretó un repertorio que incluyó una chacarera dedicada a la Virgen, generando una fuerte ovación del público. La música, lejos de ser un simple espectáculo, fue vivida como una expresión profunda de fe popular y amor mariano.
Uno de los ejes del encuentro fue la reflexión sobre las vocaciones. Desde la organización se alentó a pensar la vocación no sólo como un camino hacia la vida religiosa, sino también como una opción consciente hacia el matrimonio, la familia y cualquier decisión que implique un servicio al prójimo y a la comunidad. “La vocación es un llamado a servir, al próximo y a nuestra patria grande”, expresaron desde la Pastoral Familiar.
Durante las charlas y momentos de oración, también se hizo hincapié en la necesidad de fortalecer el rol de la familia en la sociedad actual. En ese sentido, se citaron palabras de la exhortación apostólica Amoris Laetitia: “Una familia y un hogar son dos cosas que se reclaman mutuamente. Este ejemplo muestra que tenemos que asistir en los derechos de la familia, y no solo en los derechos individuales. La familia es un bien del cual la sociedad no puede prescindir, pero necesita ser protegida”.
La “Movida Familiar” cerró con un mensaje de unidad y esperanza, dejando como saldo una comunidad fortalecida en la fe y con el compromiso de seguir caminando juntas, como “familias peregrinas de esperanza”.