El pasado 3 de mayo, los montañistas Ignacio Goitia, Julieta Balza (ambos de Salta) y Fernanda Albertus (de Tucumán) alcanzaron la cima de Cerro Verde, una de esas montañas olvidadas de nuestra puna salteña.
Para llegar a la base del mismo tomaron hacia el abra del Gallo hasta unos kilómetros antes de Santa Rosa de los Pastos Grandes. De allí, los montañistas tomaron un desvío que termina en unas increíbles aguas termales; quienes acceden hasta ese punto pueden sumergirse en un piletón realizado de piedras.
En una explanada armaron campamento para poder salir a la cumbre. El equipo decidió realizar un ascenso nocturno ya que habían estudiado el camino y eran varios kilómetros para llegar a lo más alto del objetivo fijado.
La idea del grupo formado por los dos montañistas de nuestra provincia y la representante tucumana era volver temprano al campamento para disfrutar al día siguiente de un merecido baño termal.
Con lo estudiado por el grupo y lo relatado por Kike Cabrera, montañista salteño que realizó el último ascenso al cerro, comenzaron a subir.
Muy temprano, a la una de la madrugada, con un cielo infinito y sin luna, subieron hasta ser sorprendidos por el amanecer. Pasaron momentos muy duros por el frío que les llegó a bajar a -15 grados y el viento que comenzaba a sentirse más.
Llegaron a la cumbre luego de una dura noche y ya con la luz del día, a las 8:30. En la cima encontraron unas antenas, seguramente pertenecientes a mineras que se encuentran en la zona y una apacheta pequeña en donde dejaron su testimonio.
Llegar a la cima les ofreció una vista panorámica que los invadió por su belleza. Pudieron observar el volcán Quehuar en primer plano, el Azufre, San Gerónimo, Remate, y otros puntos de atracción. El altímetro les dio 5.500 msnm en lo más alto.
Festejaron y rápidamente bajaron para culminar la expedición en las aguas termales recordando todo lo vivido en una montaña olvidada, remota y hermosa de nuestra inmensa puna.