La madrugada salteña, habitualmente tranquila, fue escenario de un hecho tan insólito como curioso: un hombre fue detenido por la policía cuando intentaba llevarse dos sillas de una confitería ubicada en pleno centro de la ciudad. El incidente tuvo lugar en la calle Caseros al 500, donde el protagonista de esta historia optó por cambiar el concepto de “comer afuera” por el de “sentarse afuera”.
Los efectivos del Operativo Vigía, que realizaban patrullajes preventivos, notaron al hombre cargando con las dos sillas, como si fuera el encargado del delivery de muebles. Al acercarse, confirmaron que el mobiliario pertenecía al local gastronómico y que había sido sustraído momentos antes.
Sin posibilidad de justificar su extraño “souvenir”, el hombre fue demorado en el acto y puesto a disposición de la Justicia. Mientras tanto, las sillas regresaron a su lugar habitual, listas para recibir a clientes y no para salir de paseo.
El caso quedó a cargo de la Fiscalía Penal 2, que continuará con las actuaciones correspondientes. Desde la policía destacaron que los patrullajes preventivos permiten reaccionar rápidamente ante hechos delictivos, incluso aquellos que rozan lo absurdo, como el intento de robo de dos sillas.