Los comicios del domingo último en Salta, más allá de las lecturas que arrojaron sobre los resultados obtenidos por diferentes fuerzas políticas y candidaturas, dejó un dato alarmante: la concurrencia a las urnas apenas promedió en la provincia el 58,76%. No solo fue la más baja desde el retorno de la democracia, sino que en departamentos como Orán (46,54%), Rivadavia (49,41%) o Anta (49,42%) ni siquiera votó la mitad de los electores empadronados.
La notoria abstención electoral, que también se reflejó el pasado domingo en los comicios de Jujuy, Chaco y San Luis, tuvo a la apatía como marcador resaltado por diferentes analistas. Sin embargo, no se necesita ser un avezado para advertir el creciente desencanto y distanciamiento de la sociedad con las dirigencias políticas, por su desconexión con problemas reales, urgentes y cotidianos. Nadie podría negar a estas alturas que existe una desazón generalizada y crece en el electorado el preocupante convencimiento de que votar tiene cada vez menos sentido.
Cierto es que las elecciones generales suelen despertar algo más de interés que las de medio término, pero no menos cierto es que desde octubre de 1983 a esta parte, salvo en momentos puntuales de efervescencia, la abstención electoral ha crecido a la par del hartazgo y desencanto social.
El domingo pasado la concurrencia de electores, en comparación con la del 13 de mayo de 2023, fue ostensiblemente inferior en todos los departamentos. En Orán el nivel de participación fue de apenas el 46,54% (con una caída entre elección y elección del 15,66%). En Rivadavia solo sufragó el 49,42% de los votantes empadronados (- 17,60%). En Anta votó el 49,42% (- 16,61%). En San Martín asistió a las urnas el 51,97% del padrón (nivel de participación 10,84% inferior al de 2023). En Metán concurrió el 55,42% (- 8,30%).
En Capital, votó el 62,55% del padrón. En mayo de 2023 la participación había sido del 72% (un 9,35% mayor). En Cerrillos votó el 63,95% (10,72% abajo). En San Carlos sufragó el 64,54% de los electores habilitados (- 12,55%) y en La Caldera, el 65,51% ( – 9,04%). Chicoana (70,38%), Guachipas (70,66%) y La Poma (81,08%) tuvieron los niveles de participación más altos, aunque fueron también inferiores a los de mayo de 2023.
Elecciones generales
La comparación de los comicios generales que se sucedieron desde el retorno de la democracia en Salta confirma los crecientes niveles de abstinencia electoral.
En los comicios del 14 de mayo de 2023, en los que se eligieron gobernador y vicegobernador, diputados y senadores provinciales, intendentes y concejales, votaron 752.841 electores de un padrón de 1.082.462 (un 69,55% de participación).
En los del 10 de noviembre de 2019 concurrieron a las urnas 721.623 sufragantes, de un padrón de 1.027.220 electores (70,25%).
En las generales del 17 de mayo de 2015, votaron 686.112 electores, de 931.213 habilitados (73,67%).
En los comicios del 10 de abril de 2011 -los primeros con las máquinas de votación electrónica- el nivel de participación fue del 69,74%. El padrón tenía 807.035 electores y fueron 562.792 los que emitieron de voto.
En las elecciones generales del 28 de octubre de 2007 sufragaron 503.416 electores de un padrón de 747 351 (67.36%).
En las generales del 6 de noviembre de 2003 votaron 461.963 de los 677.318 habilitados en esa elección (68,20%).
En las generales del 9 de mayo de 1999 asistieron a las urnas 407.768 electores de 460 839 empadronados (88,48%).
En las elecciones del 1 de octubre de 1995 votaron 383.315 de un padrón de 525.662 (72.92%).
En los comicios generales del 27 de octubre de 1991 votaron 353.106 de 440.817 habilitados (73,76%).
En las elecciones del 6 de septiembre de 1987 concurrieron a las urnas 353.106 electores de un padrón de 440.817 (80,10%).
En las elecciones del 30 de octubre de 1983, las del retorno a la democracia, votaron 311.095 de 388.537 habilitados (80,07%).