Los resultados de las elecciones legislativas del domingo en Salta dejaron una postal política ambigua: La Libertad Avanza (LLA) logró una victoria resonante en la ciudad capital, pero el oficialismo del gobernador Gustavo Sáenz mantuvo el control de la mayoría de las bancas en juego. Este escenario plantea serias dudas sobre la capacidad del espacio libertario para traducir sus votos locales en bancas nacionales de cara a las elecciones de octubre.
Con una participación del 59% del padrón, el oficialismo provincial se consolidó como la primera fuerza: se quedó con 11 bancas en el Senado y 20 en Diputados, frente a las 10 que logró LLA en total (1 senador y 9 diputados). Si bien este resultado representa un crecimiento notorio del espacio que lidera Javier Milei a nivel nacional, sobre todo si se lo compara con elecciones anteriores, el reparto territorial del voto y el actual sistema de representación muestran que su consolidación aún es incipiente y geográficamente restringida.
La capital provincial fue el bastión más fuerte del avance libertario. En ese distrito —que concentra casi la mitad del electorado salteño— LLA se impuso con claridad: obtuvo el 35% de los votos para el Senado (Roque Cornejo) y el 34% para Diputados (Claudio Cancino), dejando atrás a los candidatos del oficialismo, que se repartieron entre distintas listas internas. Ese resultado fue leído como una derrota simbólica para el saencismo en el corazón político y demográfico de la provincia.
Sin embargo, fuera de los grandes centros urbanos, el escenario cambia drásticamente. En departamentos como Güemes, Rosario de la Frontera, Orán, San Martín, La Caldera, Cafayate, Metán, y Molinos, el oficialismo se impuso con amplias ventajas. En algunos casos, como San Carlos, Molinos y Los Andes, superó el 60% y hasta el 90% de los votos. Allí, el peso territorial de los aparatos locales y una estructura más aceitada de gestión e inserción social jugaron a favor del oficialismo.
La Libertad Avanza, por su parte, registró desempeños muy bajos en gran parte del interior. En numerosos departamentos no logró superar el 10% de los votos. En Rosario de la Frontera, por ejemplo, apenas alcanzó el 5%; en San Martín, el 18%; en Güemes, el 13%; y en Iruya, ni siquiera figura como fuerza competitiva. Esta débil inserción en el interior expone uno de los principales desafíos del espacio libertario: convertir su fuerza en una estructura política con presencia territorial sostenida.
En el Congreso
De cara a las elecciones nacionales de octubre, cuando Salta elegirá tres senadores y tres diputados nacionales, este panorama tiene implicancias concretas. La Libertad Avanza podrá presentar candidatos con fuerza en la capital, pero sus posibilidades de ganar dos bancas nacionales son reducidas si se mantiene la actual distribución del voto. El oficialismo, en cambio, parte con ventaja en un amplio abanico de distritos que podrían inclinar la balanza a su favor.
“Más allá de la euforia, no hay elementos que permitan afirmar que LLA garantizará bancas nacionales para Milei desde Salta”, afirman analistas políticos consultados por este medio. Incluso si el espacio logra retener la adhesión obtenida en los sectores urbanos, su escasa penetración en el interior profundo reduce las chances de traducir ese caudal electoral en representación efectiva en el Congreso.
Aunque los libertarios celebran su irrupción en la escena salteña, los resultados muestran que aún están lejos de convertirse en una fuerza hegemónica. Y que, al menos por ahora, el bastión salteño no será de gran aporte al proyecto nacional de Javier Milei desde el Congreso.