NBA: ¿Cuál es el récord de los Detroit Pistons que no pudo ser superado?
Esa noche del 13 de diciembre de 1983, Detroit Pistons batió el récord de mayor cantidad de puntos en un partido en la victoria ante Denver Nuggets por 186 a 184, un espectáculo que no volvió a repetirse. Aquella noche, cuatro jugadores terminaron con más de 40 puntos y ninguno de los equipos basó su juego en el triple, una herramienta que hoy domina cada estrategia.
Isiah Thomas comandó al equipo con 47 puntos y 17 asistencias, mientras que Kiki VanDeWeghe, del lado de Denver, fue el máximo anotador del partido con 51 puntos. También brillaron John Long (41) y Alex English (47), y pese a los tres suplementarios, la energía no decayó en ningún momento.
Con solo dos triples combinados, el juego se basó en velocidad, media distancia y transición. La línea de tres apenas empezaba a ganar protagonismo en la liga, y eso hace aún más valiosa la hazaña.
A diferencia de lo que podría esperarse en este deporte en la actualidad, con más posesiones, lanzamientos de tres y planteles más profundos, la marca de 1983 permanece intocable aún con la cantidad de estrellas destacadas y otras estadísticas que se sucedieron en los años siguientes.
NBA: ¿qué partidos estuvieron cerca del récord de 186 puntos?
Desde la gesta de los Detroit Pistons, varios encuentros ofrecieron cifras altísimas, pero ninguno alcanzó esa cifra. Solo un puñado de partidos logró romper la barrera de los 170 puntos por equipo, quedándose cerca de esa hazaña. A continuación, los más destacados:
186 puntos – Detroit Pistons (13 de diciembre de 1983)
184 puntos – Denver Nuggets (13 de diciembre de 1983)
176 puntos – Sacramento Kings (24 de febrero de 2023)
175 puntos – Los Angeles Clippers (24 de febrero de 2023)
173 puntos – Boston Celtics (27 de febrero de 1959)
173 puntos – Phoenix Suns (10 de noviembre de 1990)
171 puntos – San Antonio Spurs (6 de marzo de 1982)
El récord de 1983 se mantiene incluso con los avances ofensivos actuales. Foto: AP
A pesar del talento individual actual, el calendario más exigente y la gestión física de los entrenadores limitan las posibilidades de que un partido vuelva a rozar esos números.
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