El hecho ocurrió el pasado miércoles y fue contenido por el profesor a cargo, quien logró reducir al chico y proteger a los estudiantes.
El incidente, tras el cual acudió la Policía y una ambulancia, fue minimizado por la institución, que habría intentado encubrir lo sucedido argumentando que se trató de una simple descompensación. Pero cuando volvieron a sus casas, los niños relataron los hechos a sus familias, tras lo cual padres y madres denunciaron que desde la escuela se les prohibió a los estudiantes hablar sobre lo sucedido para evitar “problemas mayores”.
El alumno agresor ya había protagonizado episodios violentos previos, entre ellos la agresión con un ladrillo a otro niño, que terminó con lesiones y pérdida de piezas dentales. Además, se lo acusa de amenazas frecuentes con objetos punzantes y de comportamiento violento, tanto dentro como fuera del aula.
La comunidad educativa reclama una respuesta urgente del Consejo Provincial de Educación y de organismos como la Defensoría del Niño. Denuncian también que no existía, hasta ahora, ningún seguimiento formal de esta problemática, a pesar de los antecedentes. Las clases fueron suspendidas hasta el miércoles y las autoridades del establecimiento cerraron los portones, evitando dar declaraciones públicas.
El caso dejó al descubierto fallas estructurales en el manejo de situaciones de riesgo dentro del sistema educativo y encendió la alarma sobre la contención y protección de menores en contextos de violencia.
NA
Fuente: https://salta.telefe.com/redes