La teoría de los juegos permite analizar con profundidad las dinámicas estratégicas entre actores que toman decisiones interdependientes. En el caso del sistema de adquisiciones de la industria minera en Salta, este enfoque resulta particularmente útil para comprender por qué los proveedores locales enfrentan dificultades para colaborar entre sí, y cómo las reglas del sistema tienden a reforzar comportamientos individualistas o poco sostenibles.
Asimismo, el desafío de la interacción entre la industria minera y sus grupos de interés —incluyendo proveedores, comunidades locales, gobiernos y organizaciones sociales— puede ser caracterizado como un problema perverso (wicked problem), dada su complejidad, la multiplicidad de actores involucrados, la dificultad para establecer consensos y la naturaleza cambiante de sus dimensiones sociales, económicas y ambientales.
El concepto de wicked problem fue introducido por Rittel y Webber (1973) para describir problemas complejos, sin soluciones claras ni definitivas. Se caracterizan por involucrar múltiples actores con valores e intereses diversos, estar interconectados con otros problemas y no permitir soluciones “verdaderas o falsas”, sino solo mejores o peores.
La gobernanza del sistema de compras en la industria minera refleja esta condición: los intentos de reformarlo modifican las relaciones entre actores, generan consecuencias inesperadas y requieren un abordaje integral. En Salta, esta complejidad se manifiesta en la interacción entre empresas mineras, proveedores locales, comunidades y el Estado, cuyas expectativas y capacidades son profundamente heterogéneas.
A continuación, se presentan tres modelos clásicos de la teoría de los juegos aplicados al comportamiento de los proveedores locales frente al sistema de compras de las empresas mineras: el juego de coordinación, el dilema del prisionero y el juego del ultimátum.
1. El Juego de Coordinación
En este tipo de juego, los actores (en este caso, proveedores locales) deben coordinar sus decisiones para lograr el mejor resultado colectivo. Sin embargo, existen múltiples equilibrios posibles y, en ausencia de mecanismos de comunicación o instituciones de apoyo, pueden terminar descoordinados.
Aplicación al contexto minero:
-Los proveedores podrían organizarse para ofrecer paquetes integrales de productos o servicios a una minera, generando sinergias.
-Sin embargo, la falta de espacios de coordinación, como clústeres industriales efectivos o redes empresariales activas, hace que esta posibilidad rara vez se concrete.
Resultado típico:
Descoordinación, fragmentación del tejido productivo local y pérdida de competitividad frente a grandes proveedores foráneos.
2. El dilema del prisionero
Este modelo describe una situación en la que dos actores pueden elegir entre cooperar o traicionar. La cooperación mutua ofrece un buen resultado, pero existe un fuerte incentivo para traicionar si el otro coopera. Si ambos traicionan, el resultado es peor para ambos.
Aplicación al contexto minero:
-Dos proveedores podrían compartir información, coordinar precios o unir fuerzas en una licitación.
-Pero si uno decide competir de forma desleal (por ejemplo, bajando el precio para quedarse con el contrato), se rompe la posibilidad de cooperación.
Resultado típico:
-Pérdida de confianza, aumento de la competencia desleal y debilitamiento de las capacidades colectivas del ecosistema local.
3. El juego del ultimátum
En este juego, un jugador propone una división de un recurso y el otro puede aceptarla o rechazarla. Si la rechaza, ambos pierden. Este modelo refleja relaciones con asimetrías de poder y expectativas de justicia.
Aplicación al contexto minero:
-Una empresa minera ofrece condiciones contractuales difíciles (bajos márgenes, plazos de pago largos) a un proveedor local.
-El proveedor puede aceptar por necesidad, aunque perciba las condiciones como injustas.
Resultado típico:
Relaciones comerciales tensas, desincentivo a la inversión de largo plazo por parte del proveedor y posible pérdida de calidad o compromiso.
Conclusión
El análisis del sistema de compras en la industria minera en Salta revela una estructura profundamente fragmentada, que desalienta la cooperación entre proveedores locales y reproduce relaciones comerciales asimétricas. Las grandes empresas imponen condiciones que dificultan el fortalecimiento de redes regionales, mientras que la falta de coordinación entre los propios proveedores debilita su capacidad de negociación. Este entramado no solo limita las oportunidades de desarrollo local, sino que también perpetúa un modelo de dependencia económica poco sostenible.
Tanto el sector privado como el Estado tienen responsabilidades concretas para revertir esta lógica. Las compañías mineras deben avanzar hacia políticas de compras más inclusivas, con procesos transparentes y criterios que valoren el impacto territorial y las alianzas entre proveedores. Por su parte, el Estado debe garantizar un marco regulatorio que incentive la contratación asociativa y acompañar con financiamiento y mecanismos de control efectivos. Aunque existen definiciones normativas en esta dirección, su implementación práctica sigue siendo débil, en parte por limitaciones institucionales. Transformar el sistema requiere, en definitiva, un rediseño que introduzca incentivos claros a la cooperación, una distribución más equitativa del poder de decisión y un monitoreo riguroso basado en indicadores verificables. Solo así se podrá pasar de un modelo extractivo a uno verdaderamente inclusivo y sostenible.
Referencias: Rittel, H.W.J. & Webber, M.M. (1973). “Dilemmas in a General Theory of Planning.” Policy Sciences. Conklin, J. (2006). Dialogue Mapping: Building Shared Understanding of Wicked Problems.
Por José Gustavo de Castro – Ingeniero Master. Director Diplomatura Minería Sostenible UCASAL