El rector Rodolfo Gallo Cornejo conoció hace seis años al obispo Robert Prevost, elegido como el nuevo Papa de la Iglesia Católica. Unas fotos tomadas luego, en 2023, durante una visita en Roma, ayer cobraron una relevancia enorme. El Tribuno dialogó con el rector sobre los vínculos que lo unen al flamante Pontífice León XIV y sobre su mirada respecto del momento que vive la Iglesia. A continuación, comparte cómo fue su primer encuentro con quien ahora se convierte en una figura central del escenario religioso y global.
Rector, nos cuenta ¿cómo y en qué contexto conoció al nuevo Papa?
Yo lo conocí en el año 19, cuando Robert Prevost era obispo de Chiclayo y gran canciller de la Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo de la Universidad Católica de Chiclayo. Estuvimos tres días trabajando en unas jornadas en Chiclayo con gente de la Oducal, de la Organización de Universidades Católicas de América Latina y el Caribe. Ese fue mi primer contacto, porque nos fue a hacer una misa, y entonces tuve un diálogo con él, muy interesante, fue inclusive antes de que fuera a Roma como prefecto del Dicasterio de los Obispos.
Después pude encontrarme con él ya en Roma, recién asumido como prefecto del Dicasterio de los Obispos, y también era presidente de la Pontificia Comisión para América Latina. Entonces, yo ya como presidente de la Oducal, por los 70 años, nos encontramos por el interés común que existe entre ambas. Tuvimos un muy bello encuentro en la sede de la comisión, toda la Junta Directiva pudo dialogar con él, y desde la primera vez, como siempre digo, me causó una excelente impresión: un hombre humilde, de gran poder de escucha, muy inteligente, muy prudente, de una educación exquisita.
Y en su estilo pastoral, ¿qué destacaría?
Si eso justamente, destaco primero su sintonía con el Papa Francisco, con su mirada muy humana sobre las personas y la educación, y el rol que tienen muchas de las iglesias a través de sus instituciones educativas y la importancia que tiene en este momento en el mundo.
¿Qué cree que representa su elección como Papa para la Iglesia en este momento histórico?
Sí, posiblemente, como alguien dijo esta tarde, es un equilibrio entre la renovación y la tradición. Es un hombre muy equilibrado en eso, que básicamente, como se mencionó, fue hacia la paz, la unión, la fraternidad, entonces, creo que también hacia lo interno de la Iglesia; promover la unidad y ser una prenda de unidad para todos los católicos.
¿Qué desafíos considera usted va a enfrentar el nuevo Papa al frente de la Iglesia?
Con lo que empezó, yo creo que muchas veces su primer discurso marca mucho. El tema de la paz, que hoy es probablemente el tema que más preocupa a nivel mundial, porque el Papa es el líder espiritual de 1.400 millones de personas que están en los cinco continentes, con lo cual la mirada que tiene es muy global en ese sentido y las preocupaciones de un Papa son las preocupaciones globales.
Y en ese sentido creo que también es importante destacar que, si bien es cierto que su origen es norteamericano, yo considero que es un Papa latinoamericano, porque una enorme extensión de tiempo de su trabajo pastoral ha sido en América Latina. Conoce América Latina profundamente. Trabajó en Perú y no precisamente en Lima, sino dentro de Perú, con lo cual conoce América Latina, conoce las necesidades, fue general de los Agustinos, con lo cual también tiene una visión de todo el mundo, es una persona muy interesante como personalidad.
¿Qué significa para América Latina y Argentina que el nuevo Papa sea norteamericano o latinoamericano como usted dice?
Sí, es un hombre muy cercano, que conoce también Argentina, por su condición de prior general de los Agustinos inclusive visitó Salta, también Cafayate, porque la orden Agustina está a cargo de la prelatura de Cafayate, con lo cual ha tenido oportunidad en su momento de conocer nuestra provincia por la gran actuación que tiene la orden Agustina dentro de Salta. (Más en la página web)