¿Cómo tendrá que ser el nuevo papa? Sobre esta pregunta han debatido los cardenales durante las 12 congregaciones generales antes del cónclave llegando a la conclusión de que debe ser “un pastor cercano a la vida concreta de las personas” y con desafíos como las finanzas vaticanas, la guerra o las divisiones internas en la Iglesia, según ha ido explicando el portavoz vaticano, Matteo Bruni.
“Una figura que debe estar presente, cercana, capaz de hacer de puente y de guía, de facilitar el acceso a la comunión a una humanidad desorientada y marcada por la crisis del orden mundial”, indicaba el portavoz vaticano resumiendo algunas de las intervenciones de los cardenales que hoy iniciarán el cónclave para elegir al sucesor de Francisco.
Y añadía que los cardenales habían indicado “un pastor cercano a la vida concreta de las personas, un líder que sepa ir más allá de los confines de la única Iglesia católica, promoviendo el diálogo y la construcción de relaciones con otros mundos religiosos y culturales”.
Al mismo tiempo, los purpurados subrayaron “el carácter misionero de la Iglesia: una Iglesia que no debe cerrarse en sí misma, sino acompañar a cada hombre y mujer hacia la experiencia viva del misterio de Dios”.
Una visión aperturista de la Iglesia muy cercana a la que tuvo Jorge Mario Bergoglio, según se lee entre líneas en las palabras del portavoz.
Entre los desafíos mencionados en estas congregaciones generales se ha abordado “la guerra y la fragmentación del mundo”, que seguramente será una de las preocupaciones del nuevo papa.
Incluso los cardenales emitieron ayer un comunicado en el que pidieron un alto el fuego en Ucrania y en Gaza, algo de lo que también se tendrá que ocupar el nuevo pontífice.
También deberá continuar la preocupación por los migrantes, sobre quienes se indica que son “un don para la Iglesia”, pero “también subrayando la urgencia de acompañarlos y apoyar su fe en contextos de movilidad y cambio”.
En los debates también surgió la necesidad “de que el papa sea pontífice, es decir constructor de puentes, pastor, maestro de humanidad, rostro de Iglesia samaritana” y que “también que siga poniendo la atención en el cambio climático”.
En casi todas las congregaciones se habló de la urgente necesidad de un sucesor de Pedro “que sepa unir a una Iglesia dividida”.
Los cardenales siguen insistiendo en el daño que hace en la Iglesia los casos de abusos sexuales.
Condiciones
Algunos medios apuntan a que varios cardenales han dejado intuir que lo que no hace falta es un burócrata, un hombre frío y distante, aunque también se necesita “una cierta experiencia de gobierno, considerando las numerosas cuestiones financieras, canónicas y legales que quedan abiertas”.
Y aunque los cardenales en público no dan muchos detalles, parece poco probable que puedan volver a elegir a un jesuita, pero sí que podrían elegir a otro candidato de otra de las familias religiosas como un salesiano.
Tampoco será de origen latinoamericano y es poco probable que sea uno de esos “jóvenes” de entre 50 y 60 años, porque bloquearían el papado durante al menos 30 años.
Polémica por una ausencia
La ausencia del cardenal keniano John Njue en el cónclave que comenzará hoy en Roma ha generado confusión. Njue afirmó en declaraciones que no fue invitado: “No he sido invitado”, aseguró, descartando los problemas de salud como motivo. Sin embargo, la Archidiócesis de Nairobi lo contradijo ayer, asegurando que Njue, de 79 años, sí fue invitado oficialmente a través de la Nunciatura Apostólica, pero declinó por su estado de salud. Njue, único cardenal keniano, fue nombrado en 2007 por Benedicto XVI.
El cardenal keniano John Njue.
Tras la polémica suscitada, el portavoz vaticano, Matteo Bruni, aclaró ayer que los cardenales menores de 80 años no necesitan una invitación para acudir al cónclave porque es un prerrogativa. Desde el primer momento, el Vaticano afirmó que Njue no participaba por motivos de salud.