Lazos académicos históricos entre La Plata y Salta

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Existen actualmente cientos de proyectos conjuntos y colaboraciones científicas en todas las áreas de las ciencias y de las humanidades entre las universidades nacionales de La Plata y Salta. Particularmente entre investigadores de ambas instituciones y organismos de ciencia involucrados.

Existen actualmente cientos de proyectos conjuntos y colaboraciones científicas en todas las áreas de las ciencias y de las humanidades entre las universidades nacionales de La Plata y Salta. Particularmente entre investigadores de ambas instituciones y organismos de ciencia involucrados.

Esta nota busca reflexionar sobre las raíces históricas de la antigua Facultad de Ciencias Naturales de Salta en tiempos en que dependía de la Universidad Nacional de Tucumán y funcionaba mayormente en el Museo de Ciencias Naturales de Salta en la calle Mendoza 2, Parque San Martín. Y la influencia que tuvieron los académicos del Museo de La Plata en las décadas de 1950 a 1980. Dicha influencia se notaba especialmente en el área de la paleontología y más tarde en la geología.

El punto es que los estudios en La Plata eran de amplio espectro y el título superior era el de doctor en Ciencias Naturales. Lo cual abarcaba no solo a la zoología, botánica, geología y paleontología, sino también a la antropología. Las especializaciones eran en cualquiera de esas ramas y se otorgaba el título correspondiente. La ciencia en Salta se remonta a un Museo de Fomento del dinamarqués Cristian Nelson que se ubicó en los altos de la calle Caseros 712 de la ciudad de Salta. A la muerte de Nelson en 1949 se hace cargo el profesor Amadeo Rodolfo Sirolli quien lo traslada al Pabellón Centenario en el Parque San Martín.

Sirolli había creado entonces una Escuela Superior de Ciencias Naturales y bregaba para convertirla en universidad. Entre los que lo acompañaban en ese proyecto estaba el agrimensor Arno Marcuzzi que había estudiado en La Plata.

Geología en Salta

En 1952 se crea la Facultad de Ciencias Naturales de Salta dependiente de la UNT y se comienzan a dictar estudios regulares en Geología y Biología. En el caso de la geología había una fuerte orientación hacia el petróleo. Algunos jóvenes salteños se habían ido a estudiar a La Plata en la década de 1940 en tiempos en que esa universidad pasaba por una época dorada con un plantel de profesores que hoy pertenecen al parnaso de las ciencias argentinas. Baste mencionarse a los italianos Joaquín Frenguelli y Enrique Fossa Mancini, los alemanes Walter Schiller, Pablo Groeber y Juan Keidel, el español Angel Cabrera, entre otros, los que habían llegado a nuestro país en las primeras décadas del siglo XX.

Entre esos jóvenes salteños que fueron a estudiar a La Plata y regresaron con sus flamantes títulos de geólogos o doctores en Ciencias Naturales se contaba a Jaime Hernán Figueroa, Carlos Hipólito Moreno Espelta, Marcelo Figueroa Caprini, Napoleón L. Leavy, Jorge Pedro Daud y César Santiago Pagés, que son algunos de los nombres que pudimos rescatar. También el ingeniero agrónomo Mladen Toncovich que enseñaba botánica en la UNSa y llegó a ser decano de la facultad.

El rosarino Saturnino J. Iglesias fue también uno de los primeros profesores de Paleontología. Todos ellos trajeron la impronta de la “escuela platense de ciencias naturales” permeada por el espíritu y la filosofía del perito Moreno, Ameghino y la decena de sabios suizos, alemanes, rusos y de otros países europeos que habían arribado a nuestro país a finales del siglo XIX, entre ellos Burkhardt, Hauthal, Roth, entre muchos otros. Jóvenes salteños que vinieron con sus títulos de otras universidades, especialmente Buenos Aires y Córdoba, fueron Eduardo Briatura, Juan Pedro Dioli, Juan Miguel López Escribano, Juan Eusebio Jorge Royo, entre otros.

Se cuenta también con nombres como Luis Raúl de la Fuente, Gustavo Skiol Tufiño y Matilde Delia G. de Zaffanella. Esta última, de la cual carecemos de información biográfica, llama la atención porque era la única mujer con cargo efectivo de profesora, en este caso de una materia medular como petrografía, cuando el ciento por ciento de los otros cargos de asignaturas estaban cubiertos por hombres. En una revisión moderna de género debe tenerse a la Dra. Zaffanella entre las primeras mujeres en enseñar en la proto-UNSa y también la primera en hacerlo en la carrera de Geología.

Petróleo y paleontología

Todos los profesionales mencionados se involucraron con la docencia universitaria, aun cuando también cumplieron funciones en organismos públicos o en el ámbito privado. Dos bonaerenses que estudiaron en La Plata y luego recalaron para siempre en Salta fueron el Dr. Domingo Jakúlica, geólogo, y el ingeniero en petróleo Manuel Sánchez. Ambos tuvieron un rol destacadísimo en la consolidación de los estudios universitarios en Salta. Ambos provenían de la entonces pujante industria petrolera donde habían actuado en la exploración geológica de la selva salteña y en la perforación de los pozos y su explotación respectivamente.

Ambos fueron además señores profesores que enseñaban sus materias y también conocimientos generales de otras asignaturas que manejaban con soltura. Estamos hablando de las propias raíces de la actual Universidad Nacional de Salta. De allí la importancia de comprender cabalmente estos momentos históricos.

Félix Celso Reyes era un joven boliviano de Tupiza. Se doctoró en La Plata en 1949. Se fue a trabajar a YPFB en su país y desde allí gano experiencia internacional. Al final de sus días, ya enfermo, recaló en Salta donde hizo una magnífica labor un par de años antes de la creación oficial de la UNSa. Al fallecer Reyes, su rica biblioteca fue incorporada al acervo del edificio de bibliotecas de Ciencias Naturales.

Otra figura prominente en aquellos años fundacionales fue el profesor Rodolfo Parodi Bustos, un paleontólogo autodidacta que había conocido en su niñez a Florentino Ameghino ya que su padre buscaba fósiles para él en las barrancas de la costa atlántica bonaerense. Principalmente se enfocaba en encontrar industrias líticas antiguas y que fueran contemporáneas de las grandes extinciones de las megafaunas de mamíferos pleistocenos de la edad de hielo. Su hermano Lorenzo Parodi fue un destacado paleontólogo de vertebrados del Museo de la Plata.

Parodi Bustos se sentía discípulo de Carlos Ameghino, hermano del paleontólogo y de Lucas Kraglievich. Precisamente trajo a Salta a trabajar al hijo de Kraglievich con él.

Sirolli, Parodi Bustos, Kraglievich, Figueroa Caprini estuvieron involucrados en el descubrimiento y exhumación de gliptodontes, mastodontes, toxodontes, megaterios, entre otros animales de la megafauna. Precisamente en Anta encontraron restos de un verdadero gigante, un megaterio que duplicaba en tamaño a los conocidos. Los restos habían sido encontrados por la francesa Christine Arnodin-Chibrac y donados para su estudio al Museo de Ciencias Naturales de Salta.

Dos grandes científicos platenses que colaboraron mucho en la identificación de los fósiles salteños fueron Pedro Bondesio y Rosendo Pascual. Tuve la enorme suerte de conocerlos a ambos y publicar con Pascual.

Trascendentes hallazgos en Salta

A comienzos de la década de 1980 le llevé a Pascual, a La Plata, restos óseos de extraños marsupiales fósiles que había descubierto en capas rojas de la Puna de unos 40 millones de años de antigüedad. Esos restos, entre los cuales había tortugas y cocodrilos, iban a cambiar la comprensión de la historia geológica de la Puna ya que correspondían a animales que habían vivido en ambientes tropicales, cálidos y húmedos, con grandes ríos y suelos rojos.

Pascual tuvo la enorme generosidad de bautizar a uno de ellos con mi nombre: Prepidolops (Punadolops) alonsoi. También hubo colaboraciones paleontológicas con Gustavo Scillato Yané, Eduardo Tonni, Alberto Cione, Alfredo Carlini, Sergio Vizcaíno, Marcelo Reguero, Mariano Bond, Guillermo López, Adriana Candela, W. Berman, F.J. Goin y muchos más.

Otro gigante de la ciencia argentina que dio clases en la UNSa en la década de 1970 fue el Dr. Mario Egidio Teruggi, platense y compañero de estudios de Jakúlica y Favaloro, entre otros.

A fines de la década de 1960, Cornelius Hurlbut y Lorenzo Aristarain, ambos mineralogistas de fama mundial, descubrieron cerca de Coranzulí (Jujuy) un mineral nuevo para la ciencia, un boro-arseniato de calcio y magnesio hidratado, al que bautizaron teruggita. En la década de 1980 fui en busca de esa teruggita y descubrimos el yacimiento de boratos Loma Blanca, hoy en plena explotación. Más tarde el Dr. Cahit Helvaci descubrió teruggita en Turquía validando internacionalmente a ese mineral jujeño.

A comienzos de la década de 1970 llegaron a Salta dos científicos y profesores de La Plata que dieron un fuerte impulso a los estudios paleontológicos: Juan Luis Benedetto y su esposa Teresa Sánchez. También provenían de La Plata los antropólogos Néstor Homero Palma y su esposa salteña Graciela Torres, que dieron un fuerte impulso a las ciencias antropológicas en Salta.

El yacimiento arqueológico de Tastil fue también íntegramente estudiado por científicos platenses. Y las ruinas de Esteco por el inolvidable Alfredo Tomasini. Geólogos mineros y petroleros como Jorge Daroca, Mario César Rojo y Roberto Hernández, con destacada actuación en el norte argentino, fueron egresados de La Plata. Y decenas de nombres están seguramente omitidos de manera involuntaria en esta primera reflexión sobre el tema.

Fuente: https://www.eltribuno.com/salta/seccion/policiales

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