En el Instituto Terciario N° 6061 Conscripto Armando Paz, lo que falta en infraestructura se compensa con empuje y creatividad. El mérito es de muchos norteños que han encontrado en este lugar la forma de canalizar sus ganas de crecer en materia educativa. Más de 70 docentes se desempeñan en este instituto al que asisten más de 1.500 alumnos provenientes de todo el departamento San Martín, de Orán, Jujuy y hasta del sur de Bolivia.
Las aulas del terciario están colmadas de jóvenes que, recién egresados del secundario y como sucede con la mayoría de las familias norteñas, no tienen la posibilidad de continuar con sus estudios superiores en otra parte de la provincia y mucho menos en el país. Por eso, deciden quedarse en Mosconi. Además -y no es un detalle menor- saben que las carreras que allí se dictan les aseguran una salida laboral casi inmediata. Ellos más que nadie conocen excompañeros que ya están trabajando en la Puna en empresas de explotación de litio, en Vaca Muerta en áreas operativas de gas y petróleo, o que viven en el exterior: ese amigo que les envía fotos desde Dubái o esa compañera que ya formó una familia en Washington.
Una gran carencia edilicia y un enorme prestigio académico
En el aula de primer año de la Tecnicatura en Higiene, Seguridad y Medio Ambiente, los estudiantes se sientan incluso en el pasillo, mientras los profesores hacen malabares para ingresar entre los pupitres. ¿Por qué tantos jóvenes del norte provincial, que alquilan habitaciones en viviendas colindantes con el terciario, eligen este lugar? Lo explica su director, un joven docente oriundo de General Mosconi, licenciado en Educación, que trabaja junto a otros 70 profesionales como él, muchos de los cuales también son emprendedores, comerciantes o profesionales de la zona.
“Es nuestra oferta académica, el compromiso de mis profesores y las ganas que todos le ponemos a este instituto. A comienzos de año me ofrecieron abrir una carrera vinculada al arte y dije que no; acá, en el departamento San Martín, tenemos que ser pragmáticos y elegir propuestas que les garanticen a los alumnos una salida laboral. Cuando un chico termina su carrera terciaria y pasa el tiempo repartiendo currículums sin que nadie lo llame porque a muy pocos les interesa lo que estudió, es una frustración enorme para él y para toda su familia. Tenemos que tener los pies sobre la tierra. Así lo entendemos quienes formamos parte de este instituto, porque no hay tiempo que perder en una región donde los jóvenes necesitan trabajar con urgencia”.
El profesor Caro cuenta que, de a poco y con mucho esfuerzo -rifas entre los alumnos, la iniciativa de los docentes y el valioso aporte del municipio de Mosconi-, ya comenzaron la construcción de un espacio clave no solo para el instituto, sino para toda la comunidad: un salón auditorio. “Son 300 metros cuadrados que tenemos que construir, y felizmente la intendenta Anita Guerrero -también docente de esta institución- nos está dando una gran mano. El contrapiso lo comenzó una empresa conformada por desocupados, y ya soñamos con contar con ese espacio porque hoy no tenemos dónde realizar actos, charlas ni conferencias”, explica.
Emprendedurismo, la otra carrera que concita tanta atención
Hace tres años, el Instituto Armando Paz, anticipándose al auge del emprendedurismo, lanzó una tecnicatura para que quienes quieran concretar una idea de negocio lo hagan con herramientas reales, no como una aventura que puede salir bien o mal, sino aprendiendo asignaturas fundamentales como finanzas y marketing. Son dos cohortes de unos 20 alumnos cada una, que egresarán a partir de este año. El coordinador de la carrera es el contador y comerciante mosconense Simón Sandoval.
“La creatividad y el interés que nuestros alumnos le ponen a la carrera y a lo que serán sus futuros emprendimientos son enormes. Y es ahí donde otros estamentos deben brindar apoyo para que los chicos puedan visibilizar y comercializar sus productos, que compiten en calidad con cualquiera, pero además sin perder la esencia del norte. Hoy se publica cualquier cosa en redes sociales y en segundos puede verse en el otro lado del mundo. Esas son las ventajas que tenemos que aprovechar, pero necesitamos el acompañamiento de todos los sectores, especialmente del Estado”, afirma este profesional de 36 años, apasionado por contar las ideas de negocios y el esfuerzo de sus alumnos. Jóvenes que saldrán al mercado con una formación sólida que quizás no tuvieron sus padres ni generaciones anteriores, marcadas por los fracasos posteriores a la privatización de las empresas estatales.
El licenciado y magíster Édgar Domínguez, diputado por San Martín y docente del instituto, fue el principal impulsor del inicio del dictado de la Tecnicatura en Minería con orientación en litio. “Nuestros alumnos están ávidos de conocimiento y su mayor deseo es tener un trabajo que les garantice una mejor calidad de vida. Ese es el gran compromiso del equipo directivo y docente, y por eso vamos a seguir proponiendo carreras que les permitan cumplir ese sueño. El nivel académico del cuerpo docente es excelente, pero sobre todo está la pasión que le ponemos para que el Armando Paz sea ese faro que alumbre las ilusiones de estos 1.500 jóvenes sanmartinianos”, sostiene Domínguez.
Más allá de los sueños de profesores y estudiantes, la realidad es que los alumnos deben ir de aula en aula prestándose sillas, y que decenas de colchonetas del profesorado de Educación Física, así como computadoras que fueron gestionadas con mucho esfuerzo por los docentes, siguen apiladas o en cajas porque no hay espacio donde utilizarlas. Si contaran con más aulas, mejores pizarrones, sillas o un salón auditorio, para la comunidad educativa del Armando Paz sería un sueño cumplido que el Estado y el sector privado deberían ayudar a concretar.
Para los próximos años, ya están en marcha proyectos sobre inteligencia artificial y economía del conocimiento, que fueron presentados ante las autoridades competentes. Como afirma el profesor Gustavo Caro, los jóvenes del norte deben formarse en carreras que les aseguren salidas laborales acordes a las exigencias y competencias del mundo actual.