Michael Waltz, exasesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca y férreo defensor de Donald Trump durante años, fue cesado de su cargo tras el escándalo “Signalgate” y la pérdida de confianza del Presidente. Con este despido, Waltz se convierte en el primer miembro del gabinete en ser destituido desde el retorno de Trump al poder.
Waltz, exmilitar con un destacado historial en Afganistán y exdirector de políticas de Defensa en el Pentágono, se ganó un asiento en la Cámara de Representantes en 2018 por Florida. En el Capitolio, fue un firme aliado de Trump, liderando la coalición Veterans For Trump y apoyando al republicano en su primer mandato como en su campaña de reelección. Sin embargo, su lealtad no impidió su rápida salida, convirtiéndose en el segundo asesor de Seguridad Nacional más efímero de la historia de EEUU, con solo 101 días en el cargo.
Este despido subraya la inestabilidad del puesto de asesor de Seguridad Nacional bajo Trump, quien ha tenido seis ocupantes en este rol entre su primera y segunda presidencia, un récord que hasta ahora ostentaba Ronald Reagan. La salida de Waltz ocurre en un momento de creciente desaprobación hacia la administración Trump, con retrocesos económicos y desafíos legales que afectan su popularidad.
El escándalo “Signalgate”, que involucró a Waltz el 24 de marzo, consistió en su error al incluir al editor jefe de The Atlantic, Jeffrey Goldberg, en un chat de Signal donde se discutían planes sensibles sobre un ataque en Yemen. Aunque Waltz reconoció el error, el incidente generó dudas sobre su lealtad.
Además, la visita a la Casa Blanca de la activista Laura Loomer en abril, que resultó en la destitución de varios asesores de Waltz, marcó el principio del fin de su influencia. Trump, al anunciar su salida, le ofreció el cargo de embajador ante la ONU. Marco Rubio, asumirá temporalmente la función de asesor de Seguridad Nacional.