Francia vivió una jornada cargada de tensión este 1° de mayo, cuando las tradicionales movilizaciones por el Día Internacional de los Trabajadores derivaron en violentos enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad en distintas ciudades del país.
En París, las primeras imágenes difundidas por medios y redes sociales ya evidenciaban la tensión: enfrentamientos cuerpo a cuerpo, barricadas improvisadas y represión por parte de la policía marcaron el ritmo de una de las jornadas más agitadas de los últimos años.
En Lyon, la situación también fue crítica. Agentes antidisturbios utilizaron gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes que se habían concentrado en el centro. Algunos de los participantes, con los rostros cubiertos, intentaron devolver los botes de gas hacia las fuerzas de seguridad, especialmente en las inmediaciones del puente Gallieni, según captaron videos tomados por testigos.
Rechazo al avance de la derecha en Europa
Las movilizaciones fueron convocadas por una coalición integrada por las ocho principales centrales sindicales del país. Los reclamos giraron en torno a tres ejes centrales: la paz internacional, la justicia social y el rechazo al avance de la extrema derecha en Europa. A estos se sumaron pedidos por mejores condiciones laborales y una mayor protección social.
En París, una de las marchas de mayor convocatoria fue liderada por la secretaria general de la Confederación General del Trabajo (CGT), Sophie Binet. Durante su discurso, advirtió: “Estamos movilizados por la paz y la justicia social. También estamos aquí para poner a los trabajadores en el centro del debate, ya que desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, se nos habla de guerra, de deuda, de inmigración, mientras que las cuestiones sociales quedan completamente ocultas”.