El 16 de octubre de 1978, tras un cónclave marcado por la sorpresiva muerte de Juan Pablo I, fue elegido como Papa el cardenal polaco Karol Józef Wojtyła. Con apenas 58 años y una historia forjada bajo la ocupación nazi y el régimen comunista, Wojtyła se convirtió en Juan Pablo II, el primer pontífice no italiano en más de cuatro siglos y una figura central en los debates políticos, sociales y religiosos de fines del siglo XX.
Su influencia traspasó fronteras, consolidando un papado caracterizado por la firmeza doctrinal, la cercanía con los fieles y una presencia global sin precedentes.
Cuántos años estuvo Juan Pablo II al frente de la Iglesia Católica
Juan Pablo II encabezó la Iglesia Católica durante 26 años y casi 6 meses, entre el 16 de octubre de 1978 y el 2 de abril de 2005, día de su fallecimiento. Su pontificado se convirtió en uno de los más extensos de la historia moderna, solo superado por Pío IX. Fue elegido tras el breve papado de 33 días de su antecesor, Juan Pablo I.
Juan Pablo II destacó por su papel en la caída del comunismo en Europa del Este y su apoyo al movimiento Solidaridad (Andina)
Su longevidad en el cargo le permitió tener una influencia sostenida sobre generaciones enteras de católicos, y dejó una marca imborrable en el curso de la política internacional y de la vida eclesial.
Qué hitos marcaron su pontificado a nivel global
El papado de Juan Pablo II se distinguió por una intensa actividad diplomática, un firme liderazgo espiritual y una postura inquebrantable ante los regímenes totalitarios. Fue uno de los actores claves en la caída del comunismo en Europa del Este, especialmente en su Polonia natal, donde respaldó abiertamente al movimiento Solidaridad y mantuvo vínculos con líderes como Ronald Reagan y Mijaíl Gorbachov.
Además, fue el primer Papa en visitar una sinagoga y una mezquita, y lideró encuentros con representantes de múltiples credos, entre ellos el Dalái Lama, promoviendo un diálogo interreligioso inédito hasta entonces.
Sobrevivió al atentado del 13 de mayo de 1981 y perdonó al agresor, en un significativo gesto de reconciliación
Su acercamiento a la juventud tomó forma en la creación de la Jornada Mundial de la Juventud, una iniciativa destinada a renovar el vínculo entre la Iglesia y las nuevas generaciones. Asimismo, realizó 104 viajes internacionales a lo largo de cinco continentes, visitando incluso países con minorías católicas como Cuba, Egipto o Reino Unido.
El atentado del 13 de mayo de 1981, cuando recibió cuatro disparos en la Plaza San Pedro, lo convirtió en símbolo de resistencia y perdón. Dos años más tarde, visitó a su agresor Mehmet Ali Agca en prisión y lo perdonó, en un gesto que recorrió el mundo.
No obstante, su papado también enfrentó graves polémicas, entre ellas su rigidez doctrinal sobre temas como el aborto, el matrimonio y el papel de la mujer, así como la respuesta insuficiente ante los abusos sexuales dentro del clero. El caso del mexicano Marcial Maciel marcó una de las mayores crisis del Vaticano bajo su pontificado.
La multitudinaria misa de Juan Pablo II en la 9 de Julio
Cómo fue su relación con América Latina y la dictadura argentina
El vínculo entre Juan Pablo II y América Latina estuvo marcado por una intensa actividad pastoral y un enfoque ambiguo frente a los regímenes autoritarios del continente. Visitó la región en múltiples ocasiones, pero su primera visita a la Argentina, en junio de 1982, ocurrió en medio de la guerra de las Malvinas y durante el tramo final de la dictadura militar.
El 11 de junio de ese año, apenas dos días antes de la rendición argentina en las islas, el Papa aterrizó en Buenos Aires. Se reunió con la Junta Militar, encabezada por Leopoldo Galtieri, y participó en actos multitudinarios, entre ellos una misa frente a dos millones de personas en Plaza Italia. Durante ese viaje, abogó públicamente por una “salida digna” al conflicto bélico.
La decisión de viajar a Argentina surgió tras su controvertida visita al Reino Unido, en plena guerra, lo que generó preocupación en sectores eclesiásticos y diplomáticos por el posible sesgo.
Juan Pablo II junto al entonces presidente Raúl Alfonsín, en su segunda visita a la Argentina en 1987 (Télam)
El Vaticano actuó con rapidez para equilibrar la balanza con un gesto hacia la nación sudamericana, que mantenía una fuerte tradición católica.
En paralelo, Juan Pablo II también medió en el conflicto del Beagle entre Argentina y Chile, cuya resolución pacífica se atribuyó en parte a su influencia diplomática.
Cinco años más tarde, en 1987, regresó al país ya bajo un gobierno democrático, el de Raúl Alfonsín, en un contexto diametralmente distinto, lo que consolidó su imagen como referente espiritual más allá del marco dictatorial.