Albarracín fue un ferviente defensor de los derechos de los animales. Además de ser uno de los fundadores de la Sociedad Argentina Protectora de Animales, impulsó la Ley Nacional de Protección de Animales (N° 2786), la primera norma en la historia argentina que estableció la prohibición del maltrato y la caza indiscriminada. Para Albarracín, todos los seres vivos merecían respeto, y su legado sentó las bases del movimiento animalista en el país.
A diferencia de la Argentina, en el resto del mundo el Día del Animal se celebra el 4 de octubre, en honor a San Francisco de Asís, conocido como el patrono de los animales y la ecología.
Algunos animales que dejaron huella en Salta
En nuestra provincia, varios animales quedaron grabados en la memoria colectiva, no solo por sus historias de vida, sino también por la conexión que establecieron con las comunidades.
Fatiga, el perro peregrino
El animalito extrañamente participaba de todas las ceremonias religiosas de la localidad de La Merced: misas, novenas y misachicos. Su presencia era infaltable en la Fiesta del Milagro y de Sumalao. Falleció en 2018 y tiene un monumento en su honor en la plaza del pueblo. También contaba con un mural en la rotonda de Limache.
“Firulais y la banda de los rompebolsas”
Se trató de un perrito callejero que se hizo famoso en Cerrillos por merodear durante años por los barrios céntricos y el cerro San José junto a una decena de canes. Algunos lo llamaban “el cuidador de los cerros”, otros lo acusaban de liderar una banda que destrozaba las bolsas de residuos del pueblo.
Cleto, el gallo que ponía huevos
La situación hormonal de esta ave generó un sinnúmero de hipótesis hasta de índole sobrenatural en las localidades norteñas. Atrajo, además, la atención de la comunidad científica, por su rareza. Vivía hasta 2011 en una finca ubicada entre Tartagal y Mosconi.
El monito Martín
El monito Martín, de Campamento Vespucio, que en 2017 disparó un verdadero revuelo político a nivel local. El pequeño simio, de la especie tití, fue secuestrado por la Policía Rural de la casa en que vivía. El hecho generó manifestaciones y marchas de los vecinos exigiendo su liberación. Hasta se pidió la intervención del entonces gobernador Juan Manuel Urtubey, durante una visita realizada al departamento San Martín.
Roque, el tucán
Roque, un simpático tucán que desde 2016 y por varios años se posó todos los días a las 11, sin mediar domingos ni feriados, en el enorme ventanal de la clínica San Roque, de avenida Reyes Católicos al 1.500, de la ciudad de Salta. El personal del nosocomio aseguraba que era manso en extremo. Tanto, que se encariñaron entrañablemente con el animalito.
Luchita, la amiga de los chicos de una escuela rural
Luchita, una pintoresca lechuza que se había convertido en mascota de la escuela rural Benjamín Matienzo, del paraje Las Blancas, Cerrillos. Durante años se posó en el alambrado de la institución. “Luchita era muy mansa. Nos acercábamos hasta casi acariciarla. Era amiga tanto de los niños como de las maestras y los agentes de tránsito que vigilan la entrada y salida de los alumnos durante el período de clases”, contaron los docentes. Lamentablemente, Luchita falleció en febrero de 2017 luego de ser apedreada por desconocidos.
Luracatao, el cóndor “liberado”
El cóndor “Luracatao” fue liberado en 2016 en la gruta de la Virgen María, cerca de Seclantás, a 3.600 msnm. Un año antes fue hallado herido de muerte. Fue rescatado y rehabilitado por la Fundación BioAndina.
Nerón y Dardo, dos perritos callejeros del microcentro
En octubre de 2012, durante una marcha de protesta de empleados de una importante marca comercial de Salta arrojaron una bomba de estruendo de gran poder explosivo en la vía pública, a la altura de Belgrano y Güemes. Por esas cosas del destino, un conocido perro callejero del microcentro conocido como Nerón, lo recogió con el hocico. El fuego de artificio explotó a los pocos segundos generando heridas profundas en el animal, que perdió la vida luego de una agonía de casi una hora. En abril de ese mismo año, otro perrito llamado Dardo, sufrió el mismo accidente, pero pudo ser asistido inmediatamente logrando recuperarse después de un tiempo. En esta oportunidad, las alumnas de una institución educativa encendieron un petardo que detonó en la boca del animal. Ambos hechos generaron la indignación de los salteños y marcó un antes y un después en este tipo de manifestaciones.
Cholo, el perro ferroviario de Güemes: Durante años, acompañó el ir y venir de los trenes en la estación de General Güemes. Su lealtad era tal que esperaba a los trabajadores todos los días en el andén. Tras su muerte, los vecinos aún hoy lo recuerdan.
La yegua “Estrella” de Metán: Famosa por su instinto casi humano, “Estrella” salvó a un niño de un incendio en 1998. Su heroísmo fue reconocido con una distinción.
El cóndor “Sayani”: Rescatado tras ser encontrado herido en los Valles Calchaquíes, “Sayani” (que significa “el que se levanta” en quechua) fue rehabilitado en un centro de conservación y volvió a surcar los cielos salteños en un emotivo acto que congregó a pobladores y ambientalistas.