A través de sus redes sociales, Bregman señaló que en ese espacio “morían bajo tortura o llegaban muertos” las personas secuestradas por las Fuerzas Armadas durante la última dictadura militar, quienes convirtieron la ESMA en un centro clandestino.
También mencionó: “Se estima que ese pudo haber sido el destino, entre otros, de Rodolfo Walsh, de cuya hija soy abogada en la causa. A esta práctica macabra (la de incinerar personas u objetos) la llamaban ‘el asadito’. Esos terrenos conexos, y parte del funcionamiento de la ESMA, fueron entregados al Club River Plate con algunas cláusulas de cuidado, pero la propia incorporación de las mismas en la cesión es el reconocimiento por parte del Estado de que allí puede haber restos humanos u otros elementos importantísimos en la búsqueda de memoria, verdad y justicia”.
Además, informó que junto a Patricia Walsh, hija de Rodolfo Walsh, realizaron una inspección ocular en el lugar y exigieron su preservación. Según indicó, sobrevivientes de la ESMA han presentado objeciones al convenio con el club y han realizado las presentaciones correspondientes en la causa que lleva adelante el Dr. Ariel Lijo.