“Mandril, decime qué se siente”

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“Ave Milei”, cierra un posteo en X desde una cuenta atribuida al “Ingeniero del Caos”, Santiago Caputo. Los romanos utilizaban la palabra latina “Ave” -que significa “salve”- para saludar a los césares y a otras autoridades importantes. Suetonio, un historiador y biógrafo romano, cuenta que los gladiadores antes del combate se dirigían al César con las palabras “Ave Caesar morituri te salutant”; “Salve, César, quienes van a morir te saludan”. Siglos después, el papa Gregorio I introdujo el Ave María en la iglesia católica, como una manera de exaltar y rendir culto a la madre de Jesús.

“Ave Milei”, cierra un posteo en X desde una cuenta atribuida al “Ingeniero del Caos”, Santiago Caputo. Los romanos utilizaban la palabra latina “Ave” -que significa “salve”- para saludar a los césares y a otras autoridades importantes. Suetonio, un historiador y biógrafo romano, cuenta que los gladiadores antes del combate se dirigían al César con las palabras “Ave Caesar morituri te salutant”; “Salve, César, quienes van a morir te saludan”. Siglos después, el papa Gregorio I introdujo el Ave María en la iglesia católica, como una manera de exaltar y rendir culto a la madre de Jesús.

Más cercano a nuestro tiempo, en la Alemania nazi fueron usadas las palabras “Sieg Heil” que significa “saludo a la victoria”. Usado en los actos de masas, el orador gritaba “sieg” y el público respondía “heil” aumentando el volumen del grito en cada repetición. No sé por qué el “Viva la Libertad carajo” reiterado hasta el hartazgo -que lo vacía de contenido-, me hace pensar en algo similar.

“Mandril, decime qué se siente, que el cepo llegó a su final. Te juro que aunque pasen los años, vos siempre vas a pifiar. En TN y La Nación, yo escuché tu proyección y ahora estás llorando sin control. Tu opinión te la metes donde no te da el sol; como doma este gobierno, por favor”; se canta en fiestas libertarias donde se celebran las mieles de tanta libertad. La canción habría sido “bendecida” por el mismísimo “León” en persona y algunos ministros habrían aportado a su letra.

Así, vestidos de “batalla cultural”, ensalzan el autoritarismo e inculcan en la juventud -siempre vulnerable-, una exaltación de la violencia y de la necedad. Se les hace saborear el desprecio por la opinión del otro: “Tu opinión te la metes donde no te da el sol”. Todo, por supuesto, en nombre de la libertad. El repudio a los periodistas adversos sólo es un aspecto más de esta visión tan binaria y enfermiza de la vida; salimos del cepo monetario para entrar de lleno en el cepo a la opinión.

La iconografía donde el culto personal al Líder se repite hasta el cansancio; imagen tras imagen; busto tras busto; cántico tras cántico; bandera tras bandera; también tiene reminiscencias a períodos tenebrosos de varias sociedades del pasado. Todos tuvimos un pasado oprobioso; algunos más que otros.

Nosotros tuvimos nuestro Ezeiza donde se cantó: “íAquí están, estos son / los fusiles de Perón!”. O “si San Martín viviera hoy qué grandes cosas haría / mataría a los gorilas sin tenerles compasión”. O ” Con los huesos de Aramburu / vamo’ a hacer una escalera / para que baje del cielo / nuestra Evita montonera “. O “con las tripas de Caggiano vamos a hacer un cordel para rezar el Rosario por los muertos de Trelew”. Bajo esta sombra, las “fiestitas” del Gordo Dan parecen más un remedo del sapo Pepe o del Capitán Piluso que alguien a quien se deba tomar en serio o de verdad. Pero igual me causan espeluznos. Sé que bajo estos nuevos cánticos está “El huevo de la serpiente”; listo a eclosionar.

También hay que decir que, del otro lado, el Instituto Patria hace cosas parecidas; quizás con algo más de sapiencia política, pero con igual falta de idea de Patria; de construcción de bien común; y de toda bondad. Claro, el kirchnerismo es también otro movimiento fascistoide. Así, que Milei y Cristina Elisabet Fernández de Kirchner, juntos, seduzcan a más del 80% del electorado nacional es algo que debería ser analizado con mucho detenimiento y profundidad. La decadencia de la democracia cooptada por movimientos autoritarios que se valen de mecanismos democráticos para hacerse del poder es el signo de nuestros tiempos; y la violencia institucional, un sello desgarrador.

“Desde la clandestinidad de la guarida que se le atribuye en X, el asesor Santiago Caputo ha ideado una coartada que explica todos estos atropellos: no hay que defender a la república porque no hay república. Es la lisa y llana admisión de que no están dispuestos a respetar ninguna regla, como si acabaran de ganar una guerra civil. El sistema político está hackeado desde adentro”; advierte Marcelo Gioffré en la imprescindible nota “Elogio del camino más largo, el único que lleva al desarrollo”.

Desde esa misma guarida se dijo: “Javier Milei es la única persona en el mundo que puede hacer la entrevista que está haciendo en este momento con Fantino, hablando de todo lo que está hablando. Es un ser único en la historia del mundo. No lo van a entender, pero, así como hubo una Era de Aquiles, o de Alejandro, o de César, estamos viviendo en la Era Milei. Ave, Milei”. ¿Qué decir? Aquiles fue un héroe de la mitología griega así que hablar de una “Era de Aquiles” sólo desnuda la ignorancia de estos personajes. Y sólo la Historia podría juzgar si Milei fue el mejor presidente de la historia del mundo entero; o no. Nadie más.

“Ave, Milei”; dice la cuenta atribuida a Caputo. La fórmula de saludo adoptada por la Alemania nazi de Adolfo Hitler; por el Partido Nacional Fascista de Italia de Benito Mussolini; y por la Falange Española de Francisco Franco; se comienza a usar acá. “Viva la libertad carajo” y “Mandril, decime qué se siente” son frases que comparten esa misma raíz. Ojalá que el próximo saludo al “Gran León” en los actos oficiales no sea el brazo en alto junto al taconeo militar. Ojalá.

Fuente: https://www.eltribuno.com/salta/seccion/policiales

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