Desde su elección como Papa en marzo de 2013, Jorge Bergoglio, los que tuvimos oportunidad de conocerlo desde Buenos Aires vimos cómo fue transformando su vida del Padre Jorge; por más que a él le gustaba que lo sigan llamando así; fuimos conociendo a Francisco, el siempre cercano, transmitía amor y alegría a través de sus acciones y gestos, el de los llamado imprevistos hacia aquellos que necesitaban de su cercanía, tuve la bendición de ser uno de los privilegiados sorprendidos en un momento difícil de la vida que me toco transitar, será un faro de opinión y acción dentro de un mundo complejo y cambiante.
Su pontificado ha estado entregado hacia la misericordia, la justicia social y la ecología, abordando injusticias y crisis actuales con una perspectiva innovadora y humana. A través de sus encíclicas, cartas apostólicas, mensajes directos y discursos, Francisco ha dejado una huella indeleble en la Iglesia Católica y en la sociedad global.
Creo que una de las mejores maneras de conocer su labor y el diseño de un gran estratega es hacer un pequeño repaso por algunas de las encíclicas de Francisco, Lumen Fidei (2013), establece la base del pensamiento del Papa sobre la fe como luz en medio de la oscuridad, destaca la importancia de la fe en el mundo contemporáneo, un tema que ha sido recurrente en su papado. En un mundo donde la duda y la desesperanza pueden prevalecer, Francisco promueve la idea de que la fe proporciona esperanza y dirección.
En 2015, publicó una de las más trascendentes de Laudato Si’, Francisco cambió el diálogo global sobre el medio ambiente. Este documento se convirtió en un llamado urgente a la acción, no solo para los católicos, sino para toda la humanidad, enfatizando el cambio climático como una crisis moral que afecta a los pobres y vulnerables de manera desproporcionada. En esta encíclica, el Papa conecta la problemática ecológica con el uso sostenible de los recursos, la justicia social y la interconexión entre todos los seres. En un momento en que la crisis climática se intensifica, Laudato Si’ es una invitación a cuidar de nuestra “casa común,” resonando en corazones y mentes en todo el mundo.
La encíclica Amoris Laetitia (2016) aborda el amor en la familia y ofrece una perspectiva pastoral inclusiva. En un contexto social en el que las estructuras familiares están en constante transformación, Francisco aboga por la compasión y la comprensión frente a las realidades de muchas familias modernas. Su llamado a una pastoral más abierta y acogedora dejó claro que la Iglesia debe ser un lugar donde todos se sientan bienvenidos, un mensaje vital en tiempos de creciente polarización.
Otro eje central de su papado ha sido la defensa de los derechos humanos y la dignidad del individuo. Su encíclica Fratelli Tutti (2020) se adentra en la necesidad de construir la fraternidad y la amistad social en un mundo sumido en divisiones. Francisco aboga por un diálogo sincero entre culturas y religiones, resaltando que cada persona merece respeto y reconocimiento, un mensaje que se vuelve cada vez más relevante en escenarios de conflicto y desigualdad.
Además de sus encíclicas, Francisco ha sido un incansable promotor de la paz y la reconciliación. Ha visitado lugares de conflicto, ha condenado la guerra y ha instado a los líderes mundiales a priorizar el diálogo sobre las armas, la violencia verbal e institucional. Su liderazgo en temas como la migración y la pobreza ha hecho eco en muchos, invitando a las sociedades a responder con humanidad y amistad hacia los más necesitados.
Tanto Francisco como el Padre Jorge cuando era autoridad en Buenos Aires ha enfrentado críticas y resistencia dentro y fuera de la Iglesia, pero su compromiso inquebrantable con la justicia social, la reforma eclesial, su austeridad personal y el diálogo interreligioso ha demostrado ser un faro de esperanza para muchos.
Los años de pontificado de Francisco no serán un capítulo más en la historia de la Iglesia Católica, sino un reflejo de la búsqueda de un mundo más compasivo y justo. A través de sus encíclicas y su estilo pastoral, ha invitado a la humanidad a reconocer la belleza de la diversidad y la necesidad imperiosa de cuidar de nuestro planeta y de nuestros semejantes y su contundente mensaje de abrir la puertas de la iglesia para todos sin excepciones.
Es un momento de mucha tristeza, si bien las últimas imágenes no nos mostraban el Papa Francisco con la energía que nos tenía acostumbrados manteníamos la esperanza de una mejoría en nuestras intenciones, con seguridad Francisco para algunos el Padre Jorge para otros estará en corazón de muchos y resonaran sus frases y enseñanzas en la cabeza de todos los que lo admiramos con profundidad.
Para finalizar quiero rescatar los “principios” que guiaban el accionar de Francisco en su accionar como Jefe de la Iglesia Católica.
Nos hablaba que “El tiempo es superior al espacio”. Es una invitación a asumir la tensión entre plenitud y límite, otorgando prioridad al tiempo, él nos habla de valorar los tiempos de los procesos.
La unidad prevalece sobre el conflicto. Nos decía de hacerse cargo de los conflictos no disimularlos, asumirlo sin quedar atrapados en un conflicto. Cuando nos detenemos en el conflicto, perdemos el sentido de la unidad profunda de la realidad.
La realidad es más importante que la idea. Esto supone evitar diversas formas de ocultar la realidad. Nuestro pensamiento debe iluminar la realidad, no oscurecerla.
El todo es superior a la parte. No hay que obsesionarse por cuestiones limitadas y particulares. Siempre hay que ampliar la mirada para reconocer un bien mayor que nos beneficiará a todos.
Estas reflexiones y sus enseñanzas nos tienen que servir para no abandonar su pensamiento, no dejar que las ideas, encíclicas, pensamientos y enseñanzas se marchiten, nuestra misión más que nunca hoy será mantenerlas vivas y que generen lio.
Tendremos que tener generosidad, renuncias personales, dejar egos de lado para que su legado de unidad, justicia social, una iglesia abierta donde entren todos y una convivencia en fraternidad siga inspirando a generaciones futuras en la lucha por un mundo mejor, los que tuvimos la oportunidad de conocerlo y poder hablar con él sabemos que lo dio todo hasta su vida por un mundo con equidad, eso nos genera mayor responsabilidad para que sus sueños y el de mucho se hagan realidad.
Víctor Colombano
Fuente: https://www.lapoliticaonline.com