La historia de la Virgen del Cisne, la imagen que Ecuador llevó al papa Francisco antes de su muerte

0
31
En la última visita oficial de Ecuador al Vaticano. El mandatario Daniel Noboa le regaló al Papa Francisco una imagen de la Virgen del Cisne.

La Virgen de El Cisne es una venerada advocación mariana de Ecuador con más de cuatro siglos de historia. Nacida en la provincia de Loja, al sur del país, esta devoción reúne a millones de fieles dentro y fuera de Ecuador. Cada año se realiza una multitudinaria peregrinación desde su santuario, en una tradición de fe profundamente arraigada en la cultura ecuatoriana. Recientemente, la imagen lojana volvió a ser noticia a nivel internacional por dos episodios contrastantes: un fallido intento gubernamental de llevar una estatua de piedra al Vaticano que terminó en escándalo, y el gesto del actual presidente Daniel Noboa al obsequiar al papa Francisco una réplica artesanal de la Virgen del Cisne en 2024.

Según la tradición, el culto a la Virgen del Cisne se originó en 1594, cuando la región enfrentaba una grave sequía y plagas que provocaron hambruna. Desesperados, los pobladores planeaban abandonar el lugar, hasta que –cuenta la leyenda– se les apareció la imagen de la Virgen María, pidiéndoles que erigieran un templo y prometiéndoles ayuda para obtener alimento todo el año.

Tras construir una iglesia en su honor, la lluvia regresó y las cosechas prosperaron, salvando a la comunidad. A partir de entonces creció la veneración a Nuestra Señora de El Cisne, conocida cariñosamente como “La Churona” por su larga cabellera rizada. Con el tiempo, esta Virgen lojana se consolidó como una de las figuras centrales de la fe católica ecuatoriana, a la que se atribuyen numerosos milagros y favores, especialmente en casos de enfermedad. Hoy la advocación cuenta con aproximadamente 5 millones de devotos en Ecuador y países vecinos como Perú y Colombia, manteniendo vigente una tradición religiosa de 428 años de antigüedad.

Los gancheros son los civiles encargados del cuidado y de los cambios de vestuario de la imagen. (Ecuador Travel)

Cada mes de agosto, la tranquila parroquia de El Cisne se convierte en el escenario de una de las mayores manifestaciones de fe en el país. Miles de peregrinos se congregan para acompañar la pequeña imagen de la Virgen en una romería que recorre unos 70 kilómetros, desde el santuario de El Cisne hasta la ciudad de Loja.

La peregrinación inicia cada 17 de agosto, fecha en que la imagen sale del templo en hombros de los fieles, y durante tres días atraviesa caminos y poblados andinos, haciendo escalas tradicionales en localidades como San Pedro de la Bendita y Catamayo. Hacia el 20 de agosto la Virgen del Cisne arriba a la Catedral de Loja, recibida en medio de misas campales, cánticos y manifestaciones de júbilo religioso. La “Churonita” permanece varias semanas en la ciudad –donde es venerada por multitudes que colman la catedral y su plaza central– antes de emprender el retorno a su santuario original en una fecha establecida, tradicionalmente hacia finales de octubre o inicios de noviembre.

Esta romería anual, con más de 70.000 participantes en algunas ediciones, ha devenido en un patrimonio cultural inmaterial de la región lojana.

La estatua de piedra prometida al Vaticano: un escándalo de estafa

La escultura tallada en piedra de la Virgen de El Cisne desapareció misteriosamente durante el gobierno de Rafael Correa.

La devoción a la “Churona” trascendió del ámbito religioso al político en 2016, cuando el gobierno del entonces presidente Rafael Correa impulsó un proyecto para entronizar una monumental escultura de la Virgen del Cisne en los Jardines del Vaticano. La iniciativa surgió en vísperas de las elecciones presidenciales de 2017, promovida por funcionarios del oficialismo correísta –entre ellos el vicepresidente Jorge Glas– como un símbolo de fe nacional en la Santa Sede.

En junio de 2016, la asambleísta lojana y correísta Verónica Arias anunció públicamente que “miles de lojanos de todas las latitudes viajaremos al Vaticano” para llevar una réplica de la Virgen, con una entrega oficial prevista para septiembre de ese año. La propuesta entusiasmó a muchos fieles y contó con el apoyo de autoridades locales y eclesiásticas en un principio, presentándose como un orgullo para Ecuador.

Sin embargo, el ambicioso plan jamás se concretó. La escultura –tallada en piedra, de aproximadamente 1,90 metros de alto y casi una tonelada de peso– fue realizada por el artista Luis Viracocha con apoyo ofrecido por el gobierno, pero “desapareció misteriosamente” durante el propio régimen de Correa antes de emprender viaje alguno.

La entonces legisladora promocionaba el viaje de varios fieles para entregar en el Vaticano la escultura de una virgen. La escultura desapareció y el viaje nunca se realizó.

Previamente, la imagen había recorrido –según consta en registros oficiales– varias ciudades del país en exhibiciones para recaudar donaciones de los fieles, fondos que nunca llegaron a su destino original. Tampoco se materializó la peregrinación internacional prometida: los vuelos chárter y paquetes turísticos al Vaticano que se vendieron a devotos resultaron ser fraudulentos. Cientos de personas denunciaron haber sido estafadas tras pagar por un viaje que nunca ocurrió.

Las personas que estaban al frente de esta supuesta gestión internacional eran Diego Riofrío Jaramillo, entonces asesor de María Alejandra Vicuña, y Yuber Cuenca, titular de una empresa de viajes que llevaba personas de visita a Tierra Santa. Riofrío Jaramillo se presentaba como presidente del comité de gestión por la entronización de la imagen de la Virgen de El Cisne en el Vaticano, según consta en algunas comunicaciones.

A la izquierda, Diego Riofrío Jaramillo junto a la escultura de la Virgen. A la derecha, vestidos de amarillo Diego Riofrío Jaramillo (en el centro) y Yuber Cuenca.

A finales de 2016, la justicia ecuatoriana procesó el caso: el principal organizador de la supuesta gira, Yuber Cuenca, fue sentenciado a siete años de prisión por estafa, al comprobarse que cobró dinero de peregrinos para una “entronización” ficticia. El escándalo de la Virgen del Cisne de piedra dejó frustración en la comunidad lojana y salpicó a miembros del anterior gobierno; no obstante, tras la polémica, las autoridades implicadas evitaron dar explicaciones y el paradero final de la estatua jamás se esclareció completamente.

Un regalo de la “Churona” al papa Francisco

En contraste con aquel episodio controvertido, la Virgen del Cisne llegó al Vaticano recientemente de forma más sencilla y genuina. El 13 de mayo de 2024, el presidente Daniel Noboa se reunió por primera vez con el papa Francisco en la Ciudad del Vaticano, durante una visita oficial, y le obsequió una reproducción artesanal de la Virgen lojana. La figura, elaborada por manos de artesanos ecuatorianos, fue entregada en el Palacio Apostólico durante una audiencia privada de 30 minutos entre el joven mandatario y el Pontífice.

La Virgen del Cisne, realizada por artesanos que Daniel Noboa regaló al Papa Francisco. EFE/ Vaticano.

Noboa destacó ante Francisco la gran devoción que existe hacia la Virgen del Cisne en el sur de Ecuador, presentando el regalo como un símbolo de la fe de su pueblo. El Papa, por su parte, correspondió al gesto con un presente alusivo a la paz: una escultura de bronce en forma de paloma con una rama de olivo y la inscripción “Sed mensajeros de la paz”.

Este intercambio protocolar marcó un capítulo distinto para la imagen lojana en Roma. A diferencia del fallido proyecto de 2016, el homenaje de Noboa se desarrolló sin contratiempos ni pretensiones grandilocuentes, enmarcado en la diplomacia habitual entre Ecuador y la Santa Sede. De este modo, la Virgen del Cisne tuvo finalmente presencia en el Vaticano y acompañó al papa Francisco durante un año, antes de su muerte el 21 de abril de 2025.

Fuente: https://www.infobae.com/america/

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí