Dos presos son juzgados por abuso sexual y tortura en el penal de Piñero contra otro de los reclusos. Por esto, podrían recaer sobre ellos penas de hasta diez años de prisión, que se sumarían a las que ya cumplen.
Santiago Navarro (38) y Emanuel Zárate (30) enfrentan cargos gravísimos por haber atacado a otro interno en una celda del módulo A, pabellón 1, durante la tarde del 22 de marzo de 2022.
La fiscal del caso, Julia Feldman, solicitó penas de nueve y diez años de prisión respectivamente por los delitos cometidos.
Durante la audiencia, que se desarrolla desde el pasado 16 de abril ante un tribunal unipersonal encabezado por el juez Alejandro Negroni, se detallaron las circunstancias del ataque, que incluyó golpes con objetos contundentes, cortes con arma blanca y una agresión sexual. La víctima logró escapar del encierro al lanzarse hacia una pasarela externa, donde fue auxiliado por personal del Servicio Penitenciario.
Según informó el portal del diario La Capital, el caso, que tendrá veredicto este jueves 24, revela no solo la brutalidad del hecho, sino también las fallas estructurales en la prevención de la violencia entre internos en una de las cárceles con mayores niveles de conflictividad del país.
Según el Ministerio Público de la Acusación, Navarro y Zárate interceptaron al recluso dentro de una celda en la planta alta del módulo A del pabellón 1 y lo atacaron “sin mediar palabra”. La fiscal Feldman describió que los agresores golpearon al interno con un objeto contundente y le provocaron varios cortes con un arma blanca.
El veredicto será dado a conocer el próximo jueves 24 de abril
De acuerdo con el parte médico incorporado al expediente, la víctima sufrió heridas superficiales en el pecho, abdomen, muslos, una rodilla, un brazo y uno de los glúteos. Tras los ataques físicos, la situación escaló en violencia: ambos acusados abusaron sexualmente del detenido, aprovechando su superioridad numérica, según sostuvo la fiscalía en su alegato.
Feldman pidió que Santiago Navarro sea condenado a nueve años de prisión y que Emanuel Zárate reciba una pena de diez años, en función de sus antecedentes y su participación en el hecho.
La fiscalía calificó el episodio como “abuso sexual con acceso carnal agravado por haber sido cometido por dos o más personas y con armas”, y también como “lesiones leves agravadas por haber sido cometidas con el concurso premeditado de dos o más personas”. Esta última figura penal, de confirmarse, supone una planificación previa por parte de los imputados, lo que agrava su responsabilidad penal.
A principios del mes de marzo del año pasado y en un hecho con características similares, un interno de la Unidad Carcelaria 2 de Metán, en Salta, denunció haber sido violado por otros cinco reclusos. De acuerdo con la denuncia, el ataque ocurrió en una de las celdas del pabellón 3, durante la madrugada del 28 de febrero.
En el caso interviene la Fiscalía Penal N°1 de Salta, que solicitó diferentes medidas. Entre ellas, un informe médico a la víctima, un mapa de la ubicación de las cámaras de seguridad del penal y el secuestro de elementos de interés.
Los cinco implicados, a los que la víctima identificó, fueron imputados por el delito de abuso sexual con acceso carnal. La denuncia detalla que durante la noche del martes 27 de febrero, madrugada del miércoles 28, la víctima se encontraba en el pabellón 3, cuando un hombre le ofreció un vaso de jugo. La víctima estima que el jugo tenía alguna sustancia, debido a que comenzó a sentir una sensación de cansancio, hasta que se desvaneció.
El detenido declaró que se quedó dormido y se despertó cerca de las 7, en ese momento sintió un fuerte dolor e inmediatamente comenzó a sospechar que había sido violado.
Además, sospechan que la violación fue fotografiada y filmada por los agresores. A esa conclusión llegó luego de observar que los acusados tenían un celular y entre ellos se reían mirando la pantalla del teléfono.
Al día siguiente, luego de que se formulara la denuncia, se realizó una requisa en la prisión. Los agentes secuestraron un pantalón deportivo color gris oscuro con detalles en color blanco que pertenece a la víctima y un celular Samsung J2 color negro con un chip y sin batería.