Trump decidió la vía diplomática para contener el plan nuclear de Irán, pese a la resistencia política de Israel

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Donald Trump en el Capitolio, (Washington, Estados Unidos)

(Desde Washington, Estados Unidos) Donald Trump optó por la vía diplomática para contener el programa nuclear de Irán, pese a la resistencia política de Israel, que prefiere un ataque militar quirúrgico para destruir la iniciativa geopolítica más importante del regimen chiíta que encabeza Alí Khamenei.

No obstante, el presidente de Estados Unidos advirtió a Teherán que autorizará una ofensiva bélica contra las instalaciones nucleares iraníes, si Teherán rechaza anular la capacidad técnica que le permitiría armar su propio arsenal atómico.

Es una carrera contra el tiempo.

Irán está muy cerca de completar el ciclo de enriquecimiento de uranio para construir -al menos- seis bombas atómicas. Acorde al staff report del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), este es el cuadro de situación:

Capacidad nuclear de Irán acorde al staff report del Organismo Internacional de Energía Atómica (OEIA), que depende de las Naciones Unidas

El sábado pasado, en la embajada de Oman en Roma, Estados Unidos e Irán completaron la segunda ronda de negociaciones diplomáticas. Ambas partes se mostraron satisfechas por los resultados del cónclave y acordaron un cronograma de trabajo que tendrá dos capítulos esta semana.

El miércoles, en Mascate (capital de Oman), se reunirán los equipos técnicos de ambos países, y el 26 de abril habrá un tercer encuentro protagonizado por Steve Witkoff -enviado especial de Trump para Medio Oriente- y el canciller iraní Abbas Araghchi.

En principio, las conversaciones son indirectas -Witkoff y Araghchi están en lugares separados- y el canciller de Oman, Badr Al-Busaidi, interactúa entre los representantes de Washington y Teherán.

El enviado especial para Medio Oriente de la Casa Blanca, Steve Witkoff, y el canciller iraní Abbas Araghchi, dos protagonistas clave de las negociaciones entre Estados Unidos e Irán

La hoja de ruta de la negociación diplomática fue diseñada por el canciller iraní y aceptada por el enviado de Estados Unidos. Se trata de un plan que tiene tres etapas:

1. En la primera fase, Irán reduciría el enriquecimiento de uranio al 3,67 por ciento -ahora está en el 60 por ciento-, y a cambio pediría que Trump descongele sus activos financieros congelados y que se permita al regimen chiita exportar sin restricciones su petróleo.

La bomba atómica se obtiene con uranio enriquecido al 90 por ciento, y acorde a la OEIA, Teherán está a pocas semanas de alcanzar esta cota técnica.

2. En la segunda fase, Estados Unidos bloquearía la reimposición de sanciones fijadas por la ONU contra los ayatollahs, y a cambio, Irán autorizaría las inspecciones a sus instalaciones nucleares.

3. En la tercera fase, Irán transferiría a un tercer país -planteó que debería ser Rusia- sus reservas de uranio enriquecido -por encima del 3,67 por ciento-, a cambio de la aprobación en el Capitolio del acuerdo bilateral que se esta negociando entre ambas partes.

Donald Trump y Benjamin Netanyahu durante su último encuentro en la Casa Blanca, (Washington, Estados Unidos)

Esta hoja de ruta propuesta por Irán, y aceptada por Trump, es resistida por Benjamín Netanyahu y causó un inesperado debate interno en la administración republicana.

En su último encuentro a solas con Trump, el premier israelí argumentó que la vía diplomática con Irán es una pérdida de tiempo que sólo beneficia a la consolidación del principal proyecto geopolítico de Khameini.

El presidente de los Estados Unidos respondió a Netanyahu que, en la actual coyuntura, su apuesta es la diplomacia antes que una ofensiva quirúrgica contra Teherán.

Con idéntica línea argumental, Trump cerró un debate interno que dividió las opiniones entre los integrantes más influyentes de su gobierno.

El vicepresidente JD.Vance y el enviado especial Witkoff consideraron que las negociaciones con Irán pueden desembocar en un acuerdo que cancele su proyecto nuclear, mientras que Marco Rubio -secretario de Estado- y Mike Waltz -consejero de Seguridad Nacional- evaluaron que Teherán nunca resignará la posibilidad de tener la bomba atómica.

Ali Khamenei, líder religioso de Irán, durante un encuentro oficial en Teherán

El líder religioso Khamenei ha señalado que no tiene intenciones de destruir el proyecto nuclear. Trump, a su turno, sostuvo que no permitirá que el regimen de los ayatollahs tenga un arsenal atómico.

En este escenario, el punto de inflexión sería que Irán sólo enriquezca uranio al 3,67 por ciento (uso pacífico) y que entregue a un tercer país todas sus existencias por encima de ese porcentaje, en una operación de muchísima complejidad que debería ser monitoreada por las Naciones Unidas.

Este es el punto clave de la negociación técnica que iniciará pasado mañana en Oman y que continuará el próximo sábado entre Witkoff y Araghchi.

Cuando concluya la tercera ronda de conversaciones en Mascate, el presidente de Estados Unidos decidiría si firma un memorándum de entendimiento con Khameini, o se inclina por el ataque a Iran que recomienda Netanyahu desde su última visita a la Casa Blanca.

Fuente: https://www.infobae.com/america/

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