Durante el acto, se leyó la certificación oficial de defunción y el cuerpo del papa fue colocado en un féretro dentro de la capilla de la Domus vaticana, de acuerdo con las disposiciones del protocolo.
Además, se procedió a sellar formalmente las dos residencias del pontífice: el departamento oficial en el Palacio Apostólico y su vivienda privada en Santa Marta.
El protocolo vaticano establece que este procedimiento debe realizarse inmediatamente después de la constatación del fallecimiento, como parte del inicio de la sede vacante.
La primera congregación general de cardenales fue convocada para la mañana del martes. Allí se definirá la fecha del funeral, que según el derecho canónico debe realizarse entre el cuarto y el sexto día posterior a la muerte del pontífice. El proceso sucesorio continuará con la convocatoria al cónclave en la Capilla Sixtina.